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Carolina de Mónaco, serena y elegante al cumplir los 65 años

La princesa llega a esta edad centrada en su papel de abuela

La princesa se ha caracterizado siempre por su elegancia.

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Aunque ha optado por mostrar sus canas al mundo, Carolina de Mónaco sigue siendo una mujer de gran belleza y un icono del estilo al que el tiempo no marchita. El próximo 23 de enero cumplirá 65 años, edad a la que llega a en un momento vital tranquilo en el que, primordialmente, está volcada en su papel de abuela.

Carolina, de niña, con sus padres y hermanos.

Muy atrás quedan ahora los años en que los amoríos de Carolina centraban la atención de los medios, especialmente en su juventud, marcada por su carácter rebelde. Como su madre había explicado, fue una niña ejemplar durante su infancia.

Sin embargo todo cambió cuando, a los 18 años, la princesa se marchó a París a estudiar Ciencias Políticas y empezó a disfrutar de la vida nocturna noche de la ciudad de la luz. Allí se enamoró de Phillipe Junot, un "playboy" de 35 años (17 más que ella) que, aunque no contaba con el visto bueno de sus padres, se convirtió en su marido en 1978. Las repetidas infildelidades del francés hicieron que el matrimonio sólo durara dos años.

Carolina fue una joven muy atractiva.

Destrozada por la muerte de su madre y del amor de su vida

La tragedia se cruzó por primera vez en el destino de Carolina en septiembre de 1982 cuando su madre falleció en un accidente de tráfico. Entonces, Carolina, que tenía 25 años, tuvo que ejercer de primera dama del Principado.

El amor de un joven italiano, Stefano Casiraghi, la ayudó a mitigar la tristeza por la pérdida de su progenitora. La pareja se dio el "sí, quiero" el 29 de diciembre de 1983 y tuvo tres hijos, Andrea (1984), Carlota (1986) y Pierre (1987). Otra fatalidad terminaría con la felicidad de Carolina en octubre de 1990, cuando su esposo falleció a consecuencia de una accidente de "off-shore".

Aunque en un principio estaba convencida de que no podría rehacer su vida, llegaron nuevos amores y, en 1999, Carolina decidió casarse de nuevo. Su tercer marido fue Ernesto de Hannover, padre de su hija menor, Alexandra. Aunque su matrimonio estuvo plagado de altibajos, guardaron las apariencias hasta el año 2009. Desde entonces, ambos llevan vidas separadas y no se les ha podido fotografiar juntos.

Sin preocuparse por el qué dirán, la princesa disfruta de una madurez en la que ha tenido que retomar el papel de primera dama en algunas ocasiones debido a las ausencias que protagonizar su cuñada Charlene.