Alonso Caparrós nos habla de su nueva vida tras quedarse sin trabajo
El madrileño, de 52 años, afronta nuevos proyectos tras la finalización de ‘Sálvame’
Alonso Caparrós comienza una nueva etapa profesional.
La vida le ha puesto muchas veces en la casilla de salida, pero Alonso Caparrós ha podido salir, no sin esfuerzo y sufrimiento, de la autodestrucción y la deriva. Ahora, la casualidad ha querido que, precisamente, cuando debe afrontar el fin de ‘Sálvame’ y reinventarse, acabe de publicar ‘Empieza de cero’, de la Editorial Planeta.
En el libro cuenta cómo fue su camino de reconstrucción y su aprendizaje de crecimiento personal, que resolvió gracias al amor de su mujer, Angélica, a la meditación, al retiro en las montañas y a la reconciliación con su familia.
El apoyo de su mujer, Angélica, ha sido primordial en la vida de Alonso.
"El viejo Alonso ha desaparecido"
PRONTO: Alonso, en este camino de reconstrucción, ¿por fin te has perdonado?
ALONSO CAPARRÓS: Sí. Me he perdonado por cosas del pasado y cada día me esfuerzo por perdonarme los errores que voy cometiendo.
P.: Así que ya no tienes cuentas con el pasado, aunque alguna te haya llegado por sorpresa.
A.C.: Hace casi dos meses me llegó una resolución judicial, un embargo de 60.000 euros relacionado con mi pasado lejano. Y ahora, encima, me quedo sin mi trabajo principal. Al principio pasé pánico, pero me di cuenta de que el viejo Alonso ha desaparecido y que el nuevo Alonso ha resuelto todo de una manera muy fácil.
"Siento libertad. Vitalmente estoy feliz"
P.: Ahora te tocará empezar de cero laboralmente. ¿Cómo afrontas el fin de ’Sálvame’?
A.C.: Ha sido un impacto. Pero llevo 52 años en el mundo y 30 en televisión, y esto no es la primera vez que lo veo ni va a ser la última. Estoy triste porque termina una época de mi vida muy bonita. Estoy un poco de duelo, pero incluso me "pone" ese qué va a pasar ahora y pensar en los nuevos proyectos.
P.: ¿Cómo ves tu futuro?
A.C.: Creo que ésta es una oportunidad para volver a ser presentador. Y tengo proyectos aplazados como aprender apicultura, hacer miel, plantar flores y cuidar abejas. Estoy mirando una finca y aprendiendo a fabricar colmenas. Y voy a montar una empresa de reformas porque quiero conseguirle los papeles a un inmigrante de Perú que tuvo que venirse aquí por la violencia que sufría. Dentro de dos o tres años la traspasaré a su nombre para que siga con su camino y yo con el mío. A pesar de la tristeza, siento libertad. Vitalmente estoy feliz.