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Iker Casillas: la apasionante vida de uno de los grandes deportistas de nuestro país

El portero más laureado de la historia del fútbol español se ha ganado a pulso un hueco en el deporte de nuestro país ¡y hoy cumple 40 años! Repasamos su vida

Iker Casillas estuvo 25 años como jugador del Real Madrid.

Iker Casillas estuvo 25 años como jugador del Real Madrid.

N.N

Iker Casillas Fernández nació el 20 de mayo de 1981 en Madrid. Fue el primero de los dos hijos de José Luis, un guardia civil destinado al País Vasco, y María del Carmen, peluquera y administrativa. Según ella misma contó en una entrevista, la pareja se había casado... ¡de penalti!

Para los que crean que el destino está escrito, la anécdota se suma a otra que Mari Carmen explicó en el libro "Iker Casillas, la humildad de un campeón", de E. Ortego. Poco antes de dar a luz, el empleado de una zapatería del casco viejo de Bilbao le vaticinó que daría a luz a un niño que sería futbolista. Al saber que se iba a ir a Madrid a tenerlo, el hombre le pidió que diera a luz en Bilbao para que pudiera jugar en el Athletic porque, si nacía en la capital, “sólo” podría jugar en el Real Madrid. La mujer, a la que el fútbol le importaba un comino, no le hizo caso.

Iker con sus padre, José Luis y Carmen.

Iker con sus padre, José Luis y Carmen.

Móstoles, la ciudad donde creció

Tras unos años en el País Vasco, en los que Iker resultó ser un niño llorón y con poco apetito, la familia se instaló en Móstoles, donde el chavalín ya dio muestras de su afición a los juegos con pelota. Desde que tuvo uso de razón, siempre eligió ponerse de portero. A los 6 años, sus tíos le regalaron unos guantes que no se quitaba ni para dormir.

Iker, en una imagen de niño.

Iker, en una imagen de niño.

Según explicó un día, con su habitual socarronería, su vocación por esa posición surgió porque a su padre no le gustaba parar pelotas y a él no le quedaba otro remedio que colocarse allí si quería jugar. Fuera por esa razón o porque un sexto sentido le guiaba hacia el lugar que le convertiría en una de las más grandes figuras del fútbol mundial, su juego admiraba a quien lo veía: valiente, con criterio al lanzarse, bien colocado, decidido y con reflejos de felino. Estudiante de primaria en los colegios Pablo Picasso y Vicente Alexandre, no fue un mal estudiante, pero estaba claro que le interesaba más el balompié y la gimnasia que la lengua o las matemáticas.

Tuvo clara su pasión desde bien niño.

Tuvo clara su pasión desde bien niño.

El largo y duro camino hacia el primer equipo

A los 9 años, se presentó a las pruebas del Real Madrid para la cantera. Jugó un partidillo y le dijeron, como a todos, que le llamarían. "Mi madre me decía que no me hiciera ilusiones, que no lo harían, que decían eso para que los niños no se desanimaran", cuenta Casillas. La esperada comunicación llegó meses después, cuando la familia ya no la esperaba y lo convocaron para jugar en el Trofeo Social del club merengue.

Cuando era un niño, con las medallas obtenidas en un torneo de verano.

Cuando era un niño, con las medallas obtenidas en un torneo de verano.

En aquel primer partido encajó cinco goles, pero Antonio Mezquita, uno de los responsables de los equipos infantiles, adivinó que aquel muchacho tenía algo especial. Tanto, que apostó por él desde el primer momento. Ese día quedó grabado en la memoria del jugador por la charla que les dio Mezquita. "Fue muy sincero en su exposición. Nosotros éramos niños, pero le entendimos, al menos yo. Nos dijo que éramos 200, que haría una preselección con los mejores, que nos quedaríamos 40, después 20 y que, de todos, uno o ninguno llegaríamos al primer equipo. Y resultó tal y como lo dijo", recordaba el futbolista en su biografía.

Primer torneo en España, en el año 1992.

Primer torneo en España, en el año 1992.

Integrado en un equipo benjamín de fútbol-7, empezaron para Casillas años de mucho trabajo y esfuerzo. También para su padre, que le acompañaba a los entrenamientos en la Ciudad Deportiva y a los partidos. "Mi obligación era estar con él y, además, me gustaba verle entrenar. Era mi segundo trabajo", decía su padre.

Iker, con 10 años, en uno de sus viajes en avión con el Real Madrid.

Iker, con 10 años, en uno de sus viajes en avión con el Real Madrid.

"El fútbol me lo ha enseñado casi todo"

Cancerbero de equipos que siempre ganaban, Iker se ganó la consideración de sus entrenadores por serio, cumplidor, responsable y, sobre todo, por su claridad meridiana para saber lo que quería. "Desde que tenía 12 o 13 años sabía que iba a jugar en el primer equipo. Lo pensaba muy a menudo. Se lo decía a mi padre cuando pasábamos por delante del Bernabéu", ha explicado este gran deportista para el que el fútbol ha sido una escuela de vida. "Me lo ha enseñado casi todo: a valorar lo que tienes, a conocer a las personas, a aprender de los errores, a trabajar en equipo... Hasta la puntualidad. No me gusta llegar tarde", decía en una entrevista este jugador tímido pero con carisma, al que le gusta ir de frente y que admite que sus mayores defectos son la cabezonería y ser rencoroso. "Me cuesta olvidar la mentira, la calumnia", admite.

Vestido del blanco, en el inicio de su carrera deportiva.

Vestido del blanco, en el inicio de su carrera deportiva.

En los inicios de su carrera, su progresión fue tan espectacular que, con los informes favorables de los técnicos, se saltó varias categorías y el 27 de noviembre de 1998 le convocaron por primera vez para el primer equipo con sólo 16 años.

Luego, viajó como tercer portero a Noruega para el partido de Champions que enfrentó a los blancos con el Rosenborg y en el que el guardameta titular fue Santiago Cañizares al que, en el 2002, arrebataría la titularidad de la selección española. Con 17 años le llamaron para la selección Sub-20 con la que disputó el Mundial Juvenil de 1999, en el que fue uno de los elementos más decisivos para ganar el título.

Iker, de adolescente.

Iker, de adolescente.

Su debut en Primera División se produjo el 12 de septiembre de 1999 en un partido contra el Athletic de Bilbao en San Mamés, que acabó con empate a dos. Aunque sus sueños empezaban a cumplirse, Casillas no perdió ni pizca de la humildad y sencillez que siempre le han caracterizado.

Salía con Laura, una chica de Navalacruz, el pueblo abulense de su abuelos en el que veraneaba, y el dinero que empezó a ingresar no le hizo perder el norte. Ni siquiera con la llegada a la presidencia del club blanco del empresario Florentino Pérez, que inauguró una etapa de fichajes de jugadores de primerísima línea a los que la prensa bautizó como galácticos. "Yo no soy galáctico, soy de Móstoles", diría en una frase ya antológica.

A pesar de todos los trofeos conquistados, el deportista no ha perdido ni un gramo de su humildad.

A pesar de todos los trofeos conquistados, el deportista no ha perdido ni un gramo de su humildad.

Aquella temporada Iker ganó la primera de las cinco Ligas que cuentan en su palmarés. Al año siguiente, se produjo un punto de inflexión en su carrera deportiva. Era entonces suplente, pero en mayo del 2002, cuando el Madrid jugaba la final de la Liga de Champions, la mala suerte hizo que el portero titular se lesionara. Con 21 años y sin casi experiencia en partidos de ese nivel, se colocó entre los tres palos y, en 15 minutos heroicos, hizo cuatro paradas que llevaron al Madrid a levantar su novena "orejuda". Tras la victoria, él se puso a llorar desconsoladamente porque su madre no había viajado hasta Glasgow para verlo. Esa final le dio la titularidad indiscutible tanto en el Madrid (donde le nombraron capitán en el 2010) como en la selección española, ganándose los apodos de San Iker y El santo por sus paradas imposibles.

El exportero, de adolescente.

El exportero, de adolescente.

Un romance de tres años con una "ex-Miss"

Famoso en el ámbito del fútbol, Iker dio un involuntario salto al mundo de la prensa rosa cuando, en el 2005, se supo que tenía un romance con la modelo sevillana Eva González. Una relación que, con muchos altibajos por el volcánico carácter de ambos, duró hasta el 2008, el mismo año en que la selección, con él como portero y Luis Aragonés como míster, ganó por segunda vez en su historia la Eurocopa.

Iker y Eva fueron pareja varios años.

Iker y Eva fueron pareja varios años.

Tras romper con Eva, Casillas se emparejó con Ana Isabel Medinabeitia, una directora de Mercadotecnia extremeña de la que se distanció cuando ésta dio una entrevista hablando de su relación. Pero lo que definitivamente lo alejó de ella fue la aparición de Sara Carbonero.

Se conocieron en junio del 2009 durante la Copa Confederaciones de Sudáfrica y la guapísima periodista toledana de deportes, que entonces trabajaba en la Sexta, le dejó tan prendado que no cejó hasta conquistarla. En marzo del 2010, se publicaron las primeras fotos que confirmaban una relación que se consolidó cuando, al poco, ella se fue a vivir a la casa que el futbolista tenía en Boadilla, cerca de sus padres.

Un amor que daría la vuelta al mundo el 11 de julio del 2010 cuando, tras proclamarse campeona España en el Mundial de Fútbol de Sudáfrica, Iker, por sorpresa, besó a su novia en el transcurso de una entrevista en directo. Fue su manera de darle las gracias por haber aguantado todas las críticas que, desde muchos lados, le llovieron a la reportera por, supuestamente, "distraer" a Casillas durante los partidos.

El famosísimo beso a Sara Carbonero cuando ésta lo entrevistó tras haber ganado el Mundial de Sudáfrica.

El famosísimo beso a Sara Carbonero cuando ésta lo entrevistó tras haber ganado el Mundial de Sudáfrica.

Martín, el mejor premio

Nombrado hijo predilecto de Móstoles y galardonado con numerosísimos premios, el mejor regalo del portero español que más títulos ha cosechado llegó el 3 de enero del 2014 cuando nació su primer hijo, Martín. "Bienvenido a mi mundo", escribía emocionado en las redes sociales este adicto al móvil que, agobiado por la persecución de los paparazis, compró una casa en la urbanización La Finca de Somosaguas para ganar en privacidad.

Con su hijo Martín en mayo del 2015, tras conseguir la tercera Champions de su carrera.

Con su hijo Martín en mayo del 2015, tras conseguir la tercera Champions de su carrera.

Martín fue, también, el mejor de los bálsamos para el calvario que Iker había tenido que vivir durante los dos años anteriores. En ese tiempo de adversidad arrastró problemas físicos por una lesión en la mano, mantuvo un fuerte enfrentamiento con el entrenador José Mourinho y graves desavenencias con sus padres, con los que dejó de hablarse. El jugador intentó llevar el asunto con la discreción que siempre le ha caracterizado, pero en el club blanco era un secreto a voces que la distancia era tanta que José Luis Casillas iba a ver los partidos del Madrid invitado por Florentino, no con las entradas que le correspondían a su hijo.

En el club también era del dominio público la tensión entre Casillas y Mourinho, que llegó al Real Madrid en el 2010 de la mano de Florentino para acabar con la supremacía del Barça. El portugués empezó a hacerle la vida imposible a Casillas, al que consideraba responsable de las filtraciones a la prensa desde el vestidor blanco, cuando el portero se puso en contacto con Xavi Hernández y Carles Puyol para poner fin a los enfrentamientos que Mourinho fomentaba antes de los "clásicos" entre Madrid y Barça.

Premio Príncipe de Asturias del Deporte

Recibiendo con Xavi el Premio Príncipe de Asturias.

Recibiendo con Xavi el Premio Príncipe de Asturias.

La cosa había llegado a tal violencia entre los jugadores que afectó a la selección española, donde muchos de ellos coincidían. Ese puente de entendimiento le dio a Casillas el Premio Príncipe de Asturias del Deporte 2012 (compartido con Xavi) porque ambos simbolizaban los valores de la amistad, el compañerismo y el juego limpio, pero también le supuso irse al banquillo, todo un "zasca" para un futbolista de su categoría. Afectado en su rendimiento deportivo por la depresión que sufría y tras haber sido pitado por parte de la afición en el Bernabéu, Casillas decidió dejar el escudo que defendió durante 25 años para irse al Oporto. Elegante y comedido, en la triste despedida de esta leyenda del club merengue no tuvo reproches para nadie, pero sí lágrimas.

Años complicados… y una nueva vida por delante

El 2 de junio del 2016, la felicidad de la pareja formada por Iker Casillas y Sara Carbonero se completó con el nacimiento de Lucas, su segundo hijo. Tras un tiempo de felicidad absoluta, a Sara le diagnosticaron un cáncer de ovarios que, afortunadamente, logró superar. Pero tras este tremendo golpe y después de un duro tratamiento, fue Iker quien vivió otro revés de salud. El 1 de mayo de 2019 sufrió un infarto de miocardio durante un entrenamiento y tuvo que ser hospitalizado, pero se recuperó sin problemas.

En agosto anunciaba su retirada deportiva y volvían a Madrid, donde el equipo de su vida, el Real Madrid, lo fichó para el equipo directivo del club blanco. Hace tan sólo unos meses, Iker y Sara sorprendían a toda España anunciando su separación, pero mantienen una bonita amistad por el cariño que siempre se han tenido y por el inmenso amor que ambos profesan a sus hijos.

En este vídeo te mostramos los momentos más importantes de la vida de Iker Casillas. ¡No te lo pierdas!

 

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