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Isabel Preysler y su hija Tamara Falcó: sus diferentes relaciones amorosas

Nuestro colaborador Jaime Peñafiel analiza al detalle las semejanzas y diferencias de la vida sentimental de madre e hija

Isabel Preysler Tamara Falcó

Isabel Preysler con su hija Tamara Falcó.

Jaime Peñafiel
En esta sección, Peñafiel analiza cada semana a los personajes más fascinantes del mundo del corazón y cuenta historias y anécdotas, muchas de las cuales vivió en primera persona

En esta sección, Peñafiel analiza cada semana a los personajes más fascinantes del mundo del corazón y cuenta historias y anécdotas, muchas de las cuales vivió en primera persona.

Isabel es, sin temor a equivocarme, una de las mujeres que más portadas en todo tipo de revistas ha acaparado desde que llegó a España, procedente de su Manila natal, en 1969. Y es reina mediática desde hace más de cinco décadas.

Con una elegancia innata y siempre perfecta en todas sus apariciones, no ha habido, a lo largo de este tiempo, nadie que la igualara. Hasta que apareció Tamara, su hija, que no sólo la iguala, sino que la supera. Al menos en el terreno sentimental.

Si Isabel ha tenido, hasta ahora, cuatro amores (tres de ellos acabaron en matrimonio), Tamara lleva ocho, aunque no igualan el reconocido prestigio de los que ha tenido su madre.

Tras el sonadísimo fracaso de su última relación, con Íñigo Onieva, después de anunciar su boda, la joven, aunque dolida por lo que ha pasado, no se desanima. Ella misma ha reconocido lo que el amor significa en su familia. "Mi madre ha estado casada tres veces y mi padre, cuatro. Pero no soy una mujer vencida. Ni ninguna víctima", ha declarado.

Tamara Falcó e Íñigo Onieva

Su relación con Íñigo siempre fue cuestionada, pero ella creía que era el amor de su vida y la defendió hasta que no le quedó más remedio que rendirse ante la evidencia.

La primera vez sólo tenía 27 años

La ruptura del compromiso de Tamara, me ha recordado, lógicamente, el primer fracaso sentimental de Isabel, después de siete años de matrimonio con Julio Iglesias. Sólo tenía 27 años, 14 menos que Tamara hoy.

Julio Iglesias Tamara Falcó

Isabel con el cantante Julio Iglesias, con quien estuvo casada de 1971 a 1978.

¿Se acordará Isabel del 22 de julio de 1978? Porque yo nunca olvidaré ese día en el que se presentó en mi despacho con el rostro desencajado y llena de miedo, intentando justificarse ante mí, que era amigo del que seguía siendo su marido, ya que había sido pillada en falta de adulterio con otro buen amigo mío, Carlos Falcó, marqués de Griñón. Todo el mundo creía que era una esposa ejemplar, que aguantaba los cuernos que le ponía su marido, el famosísimo Julio Iglesias, mientras ella se dedicaba por entero, eso parecía, a los tres hijos habidos en el matrimonio.

Carlos Falcó bailando con Isabel Preysler

Isabel con su segundo marido, Carlos Falcó, que la hizo marquesa y madre de Tamara.

Pero miren ustedes por dónde, una voz anónima y femenina puso en mi conocimiento su infidelidad. Por ello, a Isabel le invadió un pánico más que lógico al verse descubierta. ¿Cómo lo solucionó? Simple y sencillamente anticipándose y pidiéndole a Julio la separación (cierto es que motivos tenía), exigiéndole que firmara un comunicado redactado por el conocido abogado Antonio Guerrero Burgos.

Ignoro lo que tardará Tamara en rehacer su vida sentimental. Si tenemos presente que a su edad -en noviembre cumplirá 41 años– ha tenido hasta hora, repito, nada menos que ocho novios (Collins, Alberto Comenge, Marco Noyer, Tomasso Musini, Enrique Solís, Iván Miranda, Bartolomé Fierro e Iñigo, y ya se habla de Eduardo Verástegui), que son más de los que ha tenido su madre en toda su vida.

Que se sepa, sólo cuatro, que son Julio, Carlos, Miguel y Mario, sin contar a sus primeros novios filipinos, Louie Ysmael y Bobie, éste último, hijo de un terrateniente de Manila. Fue precisamente para alejarla de ellos que sus padres decidieron enviarla a la España de sus amores.

Isabel era tan católica como lo es su hija Tamara (siempre llevaba prendido en el uniforme del colegio el escapulario bendecido por el cardenal de Manila). Por eso, cuando se enamoró de Carlos Falcó decidió, antes de reconstruir su vida sentimental, pedir la nulidad de su matrimonio con Julio para casarse como Dios manda con el hombre que no sólo le hizo marquesa, sino también madre de Tamara.

Tamara, "emparentada" por su nombre con la virgen

La niña nació el 20 de noviembre de 1981 y la bautizaron con el nombre de Tamara, elegido por su padre y que procede de Tamar (en hebreo significa palmera), esposa de Judá, nuera de Jacob, bisabuela de la Virgen y tatarabuela de Jesucristo. ¡Nada menos!

Isabel Preysler con Tamara Falcó de niña y Miguel Boyer

Isabel con Tamara y Miguel Boyer, que fue su tercer marido, con quien se casó en 1988.

La vida en el campo, que al marqués le encantaba, no satisfacía a una Isabel de 30 años y comenzaron los primeros rumores sobre un supuesto romance de ella con el ministro socialista Miguel Boyer. "Mami estaba viviendo un momento de superestrella y mi padre ofrecía un perfil completamente distinto. Mami se enamoró de tío Miguel y se produjo la hecatombe", aseguraba Tamara años más tarde.

En julio de 1985, Isabel y Carlos hicieron pública su separación y el marqués de Griñón dejó la casa de Arga número 1, en el Viso, que su esposa se había comprado con el dinero de sus exclusivas y que fue el primer hogar de Tamara. "Siempre que me he separado, he seguido en mis casas, que han sido mías", diría Isabel. Como lo es la mansión de Puerta de Hierro, donde vivió con Miguel Boyer hasta que falleció en el 2014 –hoy lo hace con su cuarta pareja, Mario Vargas Llosa– y donde Tamara ha regresado tras romper con Íñigo.

Isabel Preysler con Mario Vargas Llosa

Isabel y su actual pareja, Mario Vargas Llosa.

En la vida de la ganadora de "MasterChef Celebrity 4" siempre está mamá Isabel. Ella y su hermana Ana Boyer están a su lado para recomponer su maltrecho corazón y ayudarle a encontrar fuerzas para seguir amando. Porque, pese al desengaño, Tamara no quiere renunciar ni a la calidez del matrimonio ni a la de una familia. "Ha sido un despertar espantoso pero, al mismo tiempo, pienso en el perdón", ha asegurado, dando ya señales de cierta recuperación.

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