Kiko Rivera e Irene: su matrimonio estaba roto hace ya mucho tiempo
Varias fuentes aseguran que Kiko Rivera e Irene Rosales llevaba más de dos años separados emocionalmente y desmienten que existan terceras personas

La separación de Kiko Rivera e Irene Rosales no ha sorprendido a su entorno más cercano. Según cuentan a PRONTO, la relación llevaba rota desde hacía tiempo y la decisión del divorcio era solo cuestión de tiempo.
Kiko Rivera e Irene Rosales: una ruptura que se veía venir

Según nos confirman varias fuentes, el matrimonio de Kiko Rivera e Irene Rosales estaba roto desde hace más de dos años. Aunque convivían bajo el mismo techo, lo hacían por sus hijas y por motivos económicos, pero la situación se volvió insostenible.
Uno de los paparazzi que siguió a la pareja explica que las infidelidades de Kiko Rivera minaron la confianza de Irene: "Ella le perdonaba, pero hubo un momento en que dijo: 'Hasta aquí'. Se sentía sola, sobre todo tras la muerte de sus padres, y la relación comenzó a irse a pique".
Rumores y desmentidos sobre terceras personas

Irene Rosales y Kiko Rivera en Gran Hermano
En Coria del Río, localidad sevillana donde reside Irene, algunos rumores la han relacionado con un trabajador de una pastelería. Sin embargo, personas de su entorno insisten en que solo se trata de una amistad y que "no hay nada más".
El paparazzi Pablo añade que también se habló de un monitor de gimnasio, llamado Óscar, con el que Irene habría compartido cenas. No obstante, lo cierto es que ella llevaba tiempo haciendo vida independiente, mientras que Kiko pasaba largas horas en casa frente al ordenador.
La otra cara de Kiko Rivera tras la separación

Otro reportero asegura que en varias ocasiones pillaron a Kiko Rivera en clubes nocturnos, lo que alimentó aún más las tensiones de pareja. "Le gustan las mujeres que lo adulen", afirma un fotógrafo que lo ha seguido durante años. El periodista Pepe del Real añade: "Si Irene hablara, Kiko saldría muy malparado".
Un nuevo comienzo para ambos

Tras la separación, el hijo de Isabel Pantoja intenta recuperar la normalidad con sus hijas. En sus redes sociales, se muestra cocinando pizzas, llevándolas al colegio o acompañándolas a conciertos. Pero también admite: "Me siento extraño, necesito tiempo para asimilar la situación, estoy nervioso y fumo más. Hay un silencio aquí al que debo acostumbrarme".
En una de sus publicaciones, compartió una reflexión que resume su estado anímico: "Si te rechazan, acéptalo. Si no te quieren, déjalo ir (...) He perdido a gente que significaba el mundo para mí y estoy bien".
Un futuro incierto pero con esperanza

Consciente de que no hay marcha atrás, Kiko ha animado a sus seguidores a seguir a su lado: "Espero que este año esté lleno de alegrías y de momentos únicos vividos entre nosotros. ¿Me acompañas en la aventura?".
Mientras tanto, Irene se muestra más fuerte y decidida a iniciar una nueva etapa en solitario tras años complicados. Como apuntan fuentes cercanas: "Esa mujer ha aguantado lo indecible".
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