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Tamara Falcó: todos los problemas a los que se enfrenta por su boda

La marquesa de Griñón está teniendo que hacer frente a varias complicaciones

Tamara Falcó se casa con Íñigo Onieva el próximo mes de julio.

Nereida Domínguez

Tamara Falcó va a contraer matrimonio el próximo 8 de julio, a los 41 años, y no sólo tiene los nervios propios de cualquier novia a escasas semanas para su boda, sino que a los preparativos se le van sumando contratiempos que hacen pensar que la mala suerte rodea al enlace.

De hecho, su compromiso con Íñigo Onieva no empezó con buen pie porque tan sólo dos días después de que él le pidiera matrimonio, en septiembre pasado, salió a la luz una deslealtad del empresario que hizo que la marquesa de Griñón diera la relación por zanjada. Sin embargo, con el paso de los meses, se produjo un acercamiento en la pareja, que retomó sus planes de casarse a principios de este año.

Pequeños cambios en el anillo de la pedida “maldita”. Tras su reconciliación, Íñigo pidió que hicieran retoques en la joya que no les había traído demasiada suerte. Ahora Tamara la luce orgullosa (izqda.).

Tremendamente ilusionada con la preparación de este gran acontecimiento, la hija más mediática de Isabel Preysler decidió que su vestido de novia lo confeccionara la marca vasca Sophie et Voilà, propiedad de Sofía Arribas y Saioa Goitia, que conoció cuando su hermana Ana Boyer iba a contraer matrimonio. "Entonces vi un vestido y le dije a mi hermana: 'Te tienes que casar con él', pero ella no quiso. Después me di cuenta de que era más adecuado para mí", comentó en ‘El hormiguero 3.0’ sobre uno de los diseños que la firma estaba creando para ella. Sin embargo, el entendimiento inicial se rompió y Tamara no se casará vestida por Sophie et Voilà, sino por Carolina Herrera.

El fin de la relación con las diseñadoras, rodeado de polémica

La noticia saltaba el pasado 16 de mayo cuando las dueñas de la empresa hacían público un comunicado. "Lamentablemente, el acuerdo entre Sophie et Voilà y la señora Falcó para la confección de su vestido de novia ha tenido que ser resuelto como consecuencia del incumplimiento contractual por parte de la señora Falcó", aseguraba el texto en el que Sofía Arribas y Saioa Goitia destacaban que "sentimos un profundo respeto por la creación artística de otros compañeros y nuestra ética empresarial nos impide traspasar ciertos límites que pondrían en peligro la autoría original del diseño".

Las diseñadoras. Saioa Goitia (izqda.) y Sofía Arribas (dcha.), dueñas de Sophie et Voilà.

Aunque, en un principio, Tamara dejó entrever que el comunicado la cogió por sorpresa, con el paso de las horas, trascendió que, unas dos semanas antes, ella, por vía de su equipo de abogados, había mandado un "e-mail" a las diseñadoras explicándoles que no tenía intención de usar los vestidos que le habían presentado.

Tamara ha negado que deseara que se copiara otro vestido

Las palabras de las dueñas de Sophie et Voilà dejan entrever que la marquesa de Griñón podría haberles propuesto "inspirarse" fervientemente en la creación de otro modisto y los medios no tardaron en ahondar en el asunto. Leticia Requejo, colaboradora de ‘El programa de Ana Rosa’, relató que "la última prueba de vestido fue hace dos semanas y las diseñadoras se reunieron con Tamara para enseñarle dos propuestas. Las ideas no le gustaron y les propuso calcar un vestido de alta costura de Chanel que vio expuesto en el museo Metropolitan y que le encanta".

Cuando Ana Boyer buscaba vestido de novia, Tamara descubrió la firma Sophie et Voilà y se la recomendó.

Después de que varios medios abordaran la teoría de un presunto plagio, la hija de Isabel Preysler aseguró que, en ningún momento, había planteado la idea de copiar un diseño, algo que ella, que estudió moda, nunca haría. Tamara apuntó que se limitó a aportar ideas a las creadoras.

Inspiraciones de alta costura. Entre los diseños de los que se habría enamorado Tamara se encontrarían dos creados por Karl Lagerfeld (arriba).

A pesar de que enseguida le han llovido propuestas de diseñadores que deseaban trabajar con ella, el reciente contratiempo no ha podido evitar que Tamara haya comentado a su entorno que parece que su boda es gafe. Y es que están siendo bastantes los obstáculos que está teniendo que sortear para darle el "sí, quiero" a Íñigo Onieva.

Además, para sorpresa de todos, hace unos días, la marquesa aparecía en ‘El hormiguero 3.0’ con muletas. "Venía corriendo a la tertulia y, como me gusta llevar zapatos un poco grandes, me he caído", comentó. Tamara se hizo un esguince del que, por fortuna, se recuperó con rapidez, ya que, de haberse tratado de una lesión más seria, seguramente no habría estado al cien por cien para su enlace.

Inoportuna caída. La marquesa se hizo un esguince en las instalaciones de Antena 3. Afortunadamente, no revistió gravedad.

Otro problema con el que se topó fue el escenario elegido para la ceremonia: la capilla del palacio de El Rincón, finca de Aldea del Fresno que heredó de su padre. Devota creyente, Tamara deseaba casarse por la Iglesia, pero no es posible contraer matrimonio en una capilla que no dependa de una parroquia, por lo que la marquesa se vio obligada a pedir una dispensa al arzobispo de la diócesis pertinente, que es la de Getafe.

Problemas con la capilla . Tamara ha tenido que pedir una dispensa al arzobispado para cumplir su sueño de casarse en el palacio de El Rincón.

Regalos exclusivos muy cuestionados

En plena cuenta atrás para el gran día, la que fuera ganadora de ‘MasterChef Celebrity’ también está teniendo que lidiar con las críticas en torno a los regalos. Junto con la invitación, a las 400 personas convocadas se les ha enviado el "link" para una página web donde se encuentra la lista de bodas con obsequios de precios bastante elevados.

Arriba, una caja de marquetería hecha a mano en Italia que cuesta 500 euros. Abajo, una bandeja de Filipinas de 800 euros. Más económico es este soporte para huevo (derecha), que vale 17 euros.

Por otro lado, la pareja ha establecido que, si no se desea hacer un regalo, la cantidad mínima a aportar son 150 euros, algo que también se les ha reprochado. No sería de extrañar que Tamara e Íñigo estén cruzando los dedos y tocando madera para que no se complique nada más y el 8 de julio todo salga a la perfección.