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Corinna y el rey emérito pasaron del amor a las amenazas

En este nuevo capítulo, la alemana cuenta todo lo que ocurrió después de que Juan Carlos abdicara el trono

Corinna está sacando a la luz todos los secretos de su relación con el rey emérito.

Nereida Domínguez

El 2 de junio del 2014, Juan Carlos anunció en un discurso televisado que abdicaba la corona en su hijo Felipe. La sorprendente e inesperada noticia pilló a Corinna en Nueva York, alojada en un pequeño hotel del centro de la ciudad, donde iba a coincidir con quien menos se esperaba y deseaba: la reina Sofía.

La presencia de la soberana española allí, cuando se estaba produciendo una noticia de tal calibre en España era, según se cuenta uno de los capítulos del podcast 'Corinna y el rey', debido a una reunión inaplazable. Pero que ambas coincidieran en el mismo lugar era una pesadilla para ella.

"Había paparazis en la entrada y, si captaban una foto juntas, me iban a responsabilizar de la abdicación también a mí", añade. Intentó evitar el encuentro, pero éste finalmente se produjo en el restaurante. "Cuando entré, ella estaba con una amiga y me miró fijamente, como si buscara el enfrentamiento y quisiera presentarse como la víctima de la horrible amante de su marido", cuenta.

Doña Sofía y Corinna coincidieron en el mismo hotel de Nueva York el día del anuncio de la abdicación.

"Necesito que tú pagues ciertas cosas"

Tras la abdicación, dos semanas después, Juan Carlos se volcó más que nunca en ella hasta que la alemana, cansada de que los ayudantes del Rey emérito le pidieran continuos favores para sus viajes y estancias, quiso aclarar las cosas con él.

"Me di cuenta de que quería acceder al regalo de alguna manera, usar parte de los 65 millones de euros" que, según Corinna, el Rey le había obsequiado dos años antes. "Necesito que pagues ciertas cosas ahora que he abdicado", le reconoció el monarca en una reunión que tuvieron semanas después los dos con el abogado, Dante Canónica, que había supervisado la donación del dinero.

Juan Carlos le dijo a Corinna que le comentó a sus amigos saudís que ella se había llevado el dinero que le regalaron.

Obsesionado con retomar la relación con ella

En ese punto del 'podcast', Corinna dice que "estaba lidiando con el mismo tipo de obsesión que otras mujeres", víctimas del acoso de sus exparejas cuando se niegan a aceptar que la relación acabó. "No es algo inusual –afirma la alemana en la grabación–. Lo raro es que quien lo hacía era un ex jefe de Estado".

Acabado el amor que sintieron, Corinna expone en el programa que empezó el acoso, la persecución, la vigilancia por parte del servicio secreto español, las amenazas y los planes para hundirla, en lo profesional y personal.

En España comenzaron a correr rumores de que el CNI le había pagado 30 millones de euros por su silencio, como antes se habían pagado otras cantidades a otras mujeres ligadas a Juan Carlos I. Para Corinna, en aquella época hubo una campaña mediática dedicada a presentarla como "una ladrona, una persona que no era de fiar. Me convertí en la enemiga del sistema, me acusaron de delitos que no había cometido".

"No iban a detenerse hasta destruirme"

Pero lo peor, según ella, fue cuando el día de su 50º cumpleaños Juan Carlos la llamó por teléfono. No para felicitarla, sino para decirle que estaba en Abu Dabi (Emiratos Árabes). "La llamada me dio miedo, sudores fríos, hiperventilé", dice Corinna, asegurando que entrar en la lista negra de los jeques árabes era señal de que "no se iban a detener hasta destruirme", no sólo profesionalmente, sino físicamente o induciéndome al suicidio.

En un momento en que se quedó casi sin apoyos por las presiones y las malas críticas que Juan Carlos iba haciendo sobre ella, Juan Villalonga, marido de Vanessa von Zitzewitz, amiga suya y fotógrafa, le contó que había un plan en España para implicarla, con documentos falsos, en un grave escándalo financiero. "Y me habló de José Manuel Villarejo".