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Rocío Flores se ha encontrado indispuesta y ha tenido que tumbarse en la esterilla.

S.C.P.

Rocío Flores está viviendo algunas situaciones en Supervivientes 2020 que, seguramente, nunca se había imaginado. Como ver que a Ana María Aldón casi le ataca un tiburón, pescar con sus propias manos, bailar twerking con sus compañeros o sufrir un fuerte mareo por ayudar a José Antonio Avilés, que es lo que le ha ocurrido más recientemente. 

Al parecer, el periodista se levantó con la obsesión de mover un tronco que estaba atrapado en plena pendiente y, hasta que no lo consiguió, no dejó de intentarlo. Rocío, con la intención de que Avilés terminara lo antes posible con su misión autoimpuesta, decidió ayudarle. "Tú no estás bien, José Antonio", le repetía ella mientras intentaba subir la cuesta.

 

 

La hija de Antonio David se puso detrás de él y le ayudó a tirar del enorme trozo de madera. Entonces, apareció Ivana Icardi preguntándoles que qué estaban haciendo. "Este, que está zumbado", le contestó Rocío; Avilés aprovechó para pedirle el machete a la argentina. 

Ya con el machete, José Antonio pudo mover el tronco. "Cuidado, que estoy detrás", le recordaba Rocío, "qué ansias tienes de hacerlo todo tú solo...". Finalmente, entre los dos, consiguieron arrastrar el tronco cuesta abajo. 

"Para sacar el tronco he tardado más que la obra del Escorial, que ya es decir. Y trabajo... Más trabajo que los Reyes Magos un cinco de enero por la noche", confesó después Avilés. "Pero, al final, con maña y con saliva, el elefante torturó a la hormiga. Pues eso hemos hecho nosotros", terminó de explicar.

 

 

Rocío se siente indispuesta

No obstante, la hazaña que habían llevado a cabo no le sentó nada bien a Rocío Flores, ya que después de ayudar a su compañero, se mareó y tuvo que tumbarse en la esterilla. Y es que las condiciones en las que están viviendo todos los concursantes en la isla son muy duras, sobre todo por la falta de una correcta alimentación. 

"Tengo ganas de llorar, te lo juro, ¿eh?", le confesaba Rocío muy afectada a su amigo Albert Barranco, que estaba preparando la comida, mientras ella seguía tumbada intentando recuperarse.