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¿Sientes miedo a ponerte enfermo? Estrategias para afrontar la hipocondría

Hay personas que ante cualquier síntoma se alarman y, sin esperar al diagnóstico de un profesional o incluso cuando el médico se lo ha negado, creen que padecen alguna enfermedad grave. Ese temor constante puede condicionar su día a día, descubre cómo ponerle freno

La hipocondría es muy común pero suele ser un tema tabú. ¡Te contamos cómo afrontarla!

La hipocondría es muy común pero suele ser un tema tabú. ¡Te contamos cómo afrontarla!

Redacción
Sección coordinada por la doctora María José Peiró, especialista en Medicina Familiar, con más de 10 años de experiencia tanto en el ámbito público como privado. Máster en nutrición y dietética.

Sección coordinada por la doctora María José Peiró, especialista en Medicina Familiar, con más de 10 años de experiencia tanto en el ámbito público como privado. Máster en nutrición y dietética.

Es normal que, en ocasiones, temamos por nuestra salud. Es comprensible, pero cuando esa preocupación se convierte en obsesión y del temor a enfermar se pasa al convencimiento de que cualquier síntoma es indicio de una grave enfermedad llega la hipocondría.

En algunos casos, la persona sufre una angustia emocional tan intensa que acaba notando, sin causa justificada, cefaleas, náuseas, vómitos, dolor abdominal, cansancio, etc. Se calcula que entre un 6 y un 10% de la población mundial padece este trastorno psicológico –se considera como tal y diversos estudios han apuntado la estrecha relación entre la hipocondría y la depresión–.

Causas que predisponen a sufrirla

El paciente está seguro de tener una dolencia grave, aunque los médicos hayan descartado esa posibilidad, así que en su opinión las manchas en la piel se convertirán en un melanoma, un leve dolor en el pecho presagia un infarto...

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Nunca se deben consultar en el móvil los síntomas de una enfermedad, sino acudir al médico.

No se conoce la causa exacta de la hipocondría y cualquier síntoma, por pequeño que sea, puede desencadenarla. Lo que sí se sabe es que hay personas más proclives que otras a sufrir hipocondría por diversos motivos:

Genética

Se ha confirmado que este problema afecta a menudo a personas de una misma familia, en la que todos los miembros tienden a interpretar como una enfermedad cualquier sensación física, por lo que podría haber cierta predisposición genética.

La enfermedad de alguien cercano

Si la persona o algún familiar cercano han tenido una dolencia grave en el pasado, puede que eso haya despertado un temor exagerado a enfermar. La muerte de un ser querido también es un motivo.

Una infancia entre algodones

Haber tenido unos padres sobreprotectores que hacían de un simple resfriado o un problema de salud menor algo preocupante, favorece que esos niños, cuando son adultos, no sepan gestionar emociones como la ansiedad o el miedo.

¿Se puede superar ese temor?

No se debe restar importancia al sufrimiento de estas personas, ya que llegan a pasarlo realmente mal, por eso es importante ayudarles a encontrar estrategias para afrontar el pánico a enfermar.

Te ayudarán. Meditación, ejercicios de respiración, taichí, etc. pueden servir para mantener a raya la ansiedad.

Te ayudarán. Meditación, ejercicios de respiración, taichí, etc. pueden servir para mantener a raya la ansiedad.

Distracciones. Intenta redirigir la atención y desviarla del propio cuerpo: planifica alguna salida, queda con amigos, juega con tus hijos,

Tratamiento. Una vez realizada una evaluación médica de la sintomatología del paciente (sobre todo, en el caso de personas mayores deben descartarse enfermedades, comorbilidades y efectos secundarios de fármacos) y confirmado que no existe dolencia alguna, el paciente se debe sentir atendido y comprendido. Debemos ser conscientes de que no se "imagina" los síntomas, ni su sufrimiento, ya que son reales, aunque no existan causas físicas que los provoquen.

Medicación. Los fármacos, básicamente ansiolíticos, en ocasiones pueden ayudar, sobre todo si se trata de controlar síntomas, como la ansiedad, o conductas obsesivas.

No quieras controlarlo todo. Hay que aceptar que hay situaciones cuyo desenlace puede estar en nuestras manos y otras que no se pueden controlar. De esta forma, seremos capaces de no alimentar miedos sin fundamento.

Relajación. Algunas técnicas pueden ayudar a mantener a raya la ansiedad: meditación, ejercicios de respiración, taichí, etc.

Busca distracciones. Cuando sufras un episodio intenta redirigir la atención para mantener la mente ocupada y apartarla de la excesiva fijación por la propia salud: juega con tus hijos, haz ejercicio físico, lee, céntrate en el trabajo, planifica alguna salida de ocio, queda con amigos, etc.

Aprende de la experiencia. ¿Cuántas veces tus sospechas de alguna enfermedad se han confirmado? Probablemente, ninguna, así que puede que una vez más sea una falsa alarma.

Distracciones. Intenta redirigir la atención y desviarla del propio cuerpo: planifica alguna salida, queda con amigos, juega con tus hijos, etc.

Distracciones. Intenta redirigir la atención y desviarla del propio cuerpo: planifica alguna salida, queda con amigos, juega con tus hijos, etc.

Cultiva el optimismo. Las personas que deciden ser optimistas tienen un sistema inmunológico más fuerte, y está comprobado científicamente que son más resilientes, que asumen mejor las dificultades y que incluso se enfrentan mejor a la enfermedad.

¿Qué es la ansiedad? Síntomas y métodos para controlarla

Qué hacer y qué no en estos casos

Para intentar mantener bajo control la sensación de miedo a enfermar y no caer en prácticas que acaben por perjudicar la salud, sigue estas recomendaciones.

Respirar lento y profundo para controlar la mente

La respiración tiene conexiones con distintas partes de la corteza cerebral (el pensamiento, la percepción o la imaginación). Por eso, cambiar la forma de respirar modifica la actividad cerebral. Hay que hacerlo de forma calmada y muy lentamente para ayudar a controlar nuestra mente y relajarnos. A menudo respiramos de forma superficial (con un 30% de nuestras capacidades).

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No ir al médico por temor a un "mal diagnóstico"

Entre los hipocondríacos se dan los dos extremos. Hay pacientes que se pasan el día en el médico o van de especialista en especialista esperando que alguno confirme sus temores. Pero también los hay que evitan acudir al especialista por temor a la enfermedad.

Tener relaciones sexuales

El acto sexual podría ayudar a contrarrestar la hipocondría y evitar la angustia. Hace que se liberen una serie de hormonas, que tienen un efecto positivo sobre el estado de ánimo, y neurotransmisores, como la serotonina y endorfinas, que contribuyen a mejorar algunos síntomas de la ansiedad y la depresión.

Tomar la decisión de automedicarse

El hecho de que algunos hipocondríacos decidan buscar respuestas en Internet les puede llevar a automedicarse, lo que puede tener graves consecuencias para la salud. Por ejemplo, ante un problema intestinal, tomar laxantes sin supervisión médica puede provocar deshidratación, diarrea y, a largo plazo, incluso desnutrición.

Los 5 errores más comunes

Tanto la persona que la sufre, que acaba obsesionándose con la posibilidad de enfermar, como las que le rodean suelen tener creencias erróneas sobre la hipocondría.

1. Consultar al "doctor Google". Buscar diagnósticos en Internet es lo que se conoce como recurrir al "doctor Google" o lo que los expertos denominan cibercondria. Es una mala idea, ya que la persona afectada no suele tener ni los conocimientos teóricos ni el juicio clínico para interpretar esa información.

¡Que el único doctor a consultar sea el de tu centro de salud! Evita buscar el origen de tus dolencias en Google.

¡Que el único doctor a consultar sea el de tu centro de salud! Evita buscar el origen de tus dolencias en Google.

2. Pensar que no afecta a los niños. La hipocondría suele gestarse en la infancia. Desde pequeño si el niño observa que sus padres o familia tienen una excesiva preocupación por la salud y la enfermedad, interioriza esa conducta como una protección necesaria. Es el origen más frecuente de la hipocondría.

3. Ir de médico en médico. A causa de la ansiedad que al hipocondríaco le genera no obtener un diagnóstico que confirme sus temores, es posible que consulte a varios médicos y cuando éstos le informen de que no tiene ningún problema serio de salud, siga sin creerles. Eso puede hacer que se sienta muy frustrado y deprimido.

4. Demasiada información. Internet ha generado un bombardeo informativo (síntomas de la enfermedad, cifras de contagios, colapso de los hospitales, etc.). Este tipo de información en la mente de un hipocondríaco puede llevarle a creer firmemente que un ataque de tos es la confirmación de que se ha contagiado.

5. Creer que sólo afecta en situaciones adversas. Incluso sin haber tenido ningún problema de salud previo, una persona que padece hipocondría puede tener dudas y temores infundados sobre cualquier síntoma.

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