Salud renal: cómo mantenerla y envejecer con salud
Cuidar el buen funcionamiento de tus riñones no solo ayuda a eliminar toxinas, sino que protege el corazón, el cerebro y los huesos
La dieta mediterránea, rica en vegetales, frutas, legumbres, cereales integrales y pescado es una de las más beneficiosas para los riñones.
Descubre cómo una dieta equilibrada y otros hábitos saludables son clave para preservar la salud renal y envejecer con salud y vitalidad.
Cómo cuidar tus riñones a diario para vivir más y mejor
Nuestros riñones filtran la sangre para eliminar los desechos, el exceso de líquidos y producir la orina. Pero también regulan la presión arterial, mantienen los huesos fuertes y fabrican hormonas fundamentales como la eritropoyetina, la renina y el calcitriol.
Por si fuera poco producen una proteína llamada klotho relacionada con la longevidad y el envejecimiento saludable. Cuando su nivel disminuye, los vasos sanguíneos y el cerebro envejecen más rápido.
Alimentación mediterránea, la mejor aliada
La dieta mediterránea es, según los expertos, la más recomendable para la salud renal. Rica en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y pescado, y con un bajo consumo de carnes rojas y alimentos procesados, ayuda a prevenir la diabetes y la hipertensión, principales causas de daño renal.
Evitar los alimentos ultraprocesados, embutidos y salsas industriales también es fundamental, ya que contienen fósforo y sal oculta, que deterioran los vasos sanguíneos y sobrecargan los riñones. Lo ideal es no superar los 5 gramos de sal al día.
El agua es otro pilar básico para la salud renal: beber al menos litro y medio diario favorece la función depurativa y ayuda a mantener la orina clara. Con la edad, la sensación de sed disminuye, por lo que es importante hidratarse aunque no se tenga sed.
Es importante para la salud renal asegurar un buen aporte hídrico y beber al menos un litro y medio de agua al día.
También conviene limitar las frituras y optar por cocciones más saludables como el horno, el vapor o la plancha.
Ejercicio, sueño y hábitos que rejuvenecen los riñones
Moverse es cuidar tus riñones. Realizar 30 minutos de ejercicio moderado al día, como caminar, nadar o ir en bicicleta estimula la producción de klotho, la proteína del envejecimiento saludable.
Además, ayuda a controlar el peso, la presión arterial, el azúcar y el estrés, cuatro factores que influyen directamente en la función renal.
Dormir bien también cuenta. Durante el sueño, el cuerpo libera vasopresina, una hormona que regula la retención de agua y la presión sanguínea. Dormir menos de lo necesario puede alterar este equilibrio.
Dormir menos de 7 horas aumenta el apetito.
Además se ha de evitar el exceso de alcohol y la automedicación, especialmente con antiinflamatorios como el ibuprofeno o algunos antibióticos, ya que pueden afectar gravemente la función renal con el tiempo.
Síntomas que pueden alertarte de un problema renal
Las enfermedades renales suelen avanzar en silencio, por eso los especialistas recomiendan estar atentos a pequeñas señales que podrían indicar un mal funcionamiento.
Si notas que orinas con más frecuencia o menos cantidad de lo normal, que la orina tiene un color más oscuro o espuma, o si te levantas con los ojos hinchados o los tobillos inflamados, conviene consultar al médico.
Otros síntomas frecuentes son fatiga, picor en la piel, espasmos musculares, sabor metálico en la boca, dificultad para concentrarse o aumento de la tensión arterial.
Problemas más comunes: infecciones y cálculos renales
Las infecciones de orina son más frecuentes en mujeres, sobre todo después de la menopausia. Si no se tratan correctamente, pueden derivar en una pielonefritis o dejar cicatrices en el tejido renal.
Los cálculos renales, más conocidos como "piedras en el riñón", pueden obstruir la salida de la orina y causar fuertes dolores. Una dieta rica en agua, frutas y vegetales, y baja en sal y proteínas animales, ayuda a prevenir su aparición.
Usar especias para dar sabor a tus platos ayuda a reducir el consumo de sal, que aumenta el riesgo de hipertensión, un importante factor de riesgo para la salud renal.
Diagnóstico temprano: la clave para prevenir daños mayores
Detectar a tiempo una alteración renal puede evitar complicaciones graves. Por eso, los médicos recomiendan controles periódicos en personas mayores de 50 años o con factores de riesgo.
Pruebas básicas para evaluar la salud renal
Una analítica de sangre permite medir la creatinina, un compuesto que se acumula cuando los riñones no filtran bien.
El análisis de orina evalúa la presencia de albúmina, una proteína que, si aparece en exceso, indica filtrado deficiente.
También se puede realizar una ecografía renal para detectar piedras o malformaciones, y controlar la presión arterial y el azúcar en sangre, factores estrechamente ligados a la salud de los riñones y del corazón.
Hábitos que protegen tus riñones: el “sí y no” definitivo
Lo que debes hacer (SÍ)
Incluye frutos rojos como los arándanos, que mantienen limpias las vías urinarias. Usa especias naturales para reducir el consumo de sal y apuesta por proteínas vegetales (legumbres, tofu, frutos secos) que no sobrecargan el riñón.
Lo que debes evitar (NO)
No consumas frutas y verduras sin lavar, ya que pueden contener pesticidas o bacterias. Evita fumar, porque el tabaco daña los vasos renales y eleva la albúmina en sangre.
Tampoco abuses de la bollería industrial, rica en grasas y azúcares, ya que favorece el sobrepeso, la diabetes y la hipertensión.