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Letizia y Elena: la historia de su gran enemistad

Aunque intentaron llevarse bien, sus diferentes puntos de vista frente a la vida y la monarquía han acabado imponiéndose. Hoy, su relación es casi inexistente

Letizia y Elena se han ido distanciando a lo largo de los años.

Saray Cruz

Cuando Letizia Ortiz llegó a la Familia Real en el 2003, no fue lo que se dice bien recibida. Se topó con miradas y silencios incómodos, sobre todo por parte de Juan Carlos y Sofía, que no disimulaban su disgusto por la elección de su hijo, Felipe.

Dice Rosa Villacastín en el documental 'Los Borbones: una familia real', que el emérito "no se cortaba un pelo en ponerla a parir". Por su parte, a la reina Sofía no le parecía adecuado que una consorte real tuviera "pasado". Y Letizia, experiodista, mujer independiente y divorciada, lo tenía.

Si sus suegros no lo veían claro, tampoco sus cuñadas, Elena y Cristina, entendieron la elección de su hermano. Sobre todo la primera, que, como cuenta Nuria Tiburcio en su libro 'Elena, la Infanta castiza', fue de las últimas de la familia en conocerla, consciente ya entonces de que eran como la noche y el día. Claro que Letizia tuvo la misma sensación, pues, para ella, aquella familia "vivía en una burbuja", sobre todo la duquesa de Lugo.

Un distanciamiento progresivo e inevitable

A pesar de aquel principio repleto de dudas, tanto Letizia como Elena intentaron llevarse bien, hasta el punto de que la Infanta llegó a recomendarle a diseñadores como Felipe Varela o Lorenzo Caprile. Pero fue un espejismo, porque las dos procedían de mundos distintos y tienen una forma de ver la vida y la Corona muy diferente. Para la duquesa ser parte de la monarquía es algo innato, un honor y un deber, que siempre le acompañan. En cambio, para Letizia es una cuestión profesional, un trabajo, que no ocupa las 24 horas de su día a día, ya que, cuando finaliza su agenda, se despoja del vestido de reina, y eso Elena no puede entenderlo.

Pero sus diferentes posturas ante su papel real no es lo único que las ha separado. Hay otras situaciones, que veremos a continuación, que han provocado, a lo largo de los años, el casi inevitable distanciamiento entre las dos.

La Familia Real, cuando todavía pasaba junta algunos días de sus vacaciones.

2007: Letizia y Jaime, una amistad molesta para Elena

Desde que doña Letizia aterrizó en la Familia Real, siempre se entendió muy bien con Jaime de Marichalar. Es normal. Los dos tuvieron que aprender a marchas forzadas lo que era entrar a formar parte de la familia Borbón, y eso une a cualquiera.

Por eso, en febrero del 2007, cuando Letizia pasó por la terrible experiencia del suicidio de su hermana Érika, Marichalar supo acompañarla y consolarla en aquel tristísimo trance. De la misma manera, en noviembre, cuando se anunció la separación de los Duques de Lugo, la entonces Princesa de Asturias –que después acompañaría al Duque tras la muerte de su madre– fue la mejor aliada de Jaime.

Y esa complicidad le sentó como un tiro a doña Elena, que interpretó el posicionamiento de su cuñada como una "traición".

Letizia paseando junto a la infanta Elena y a su hija Victoria Federica.

2014: La reducción del papel de Elena

La abdicación de Juan Carlos y la coronación de Felipe supusieron un antes y un después en la vida de Elena, que se vio apartada de la Zarzuela de la noche a la mañana. Y es que, en su afán por modernizar la institución y alejarla de cualquier mínima sospecha, una de las primeras medidas de Felipe VI, apoyado por Letizia, su aliada para mantener la Corona, fue reducir la Familia Real a los Reyes, sus dos hijas y los eméritos.

Elena y Cristina quedaban fuera y pasaron a ser parte de la Familia del Rey, sin papel institucional ni retribución por parte de la Zarzuela.

Por otro lado, Elena no entiende algunos de los cambios que está promoviendo Letizia en la institución. Entre otras cosas, no le parece bien que la experiodista mantenga a sus hijas tan alejadas del foco público y en un segundo plano. Dice Tiburcio que para Elena, "sus sobrinas, son el futuro de la Corona y los españoles deberían conocerlas".

2018: El choque entre Letizia y Sofía en Palma

La obsesión por proteger a Leonor y Sofía es lo que desencadenó un episodio que alejó más a la Infanta de su cuñada. Nos referimos al incidente de la catedral de Palma en el 2018, cuando Letizia impidió que la emérita se fotografiara con Leonor y Sofía.

"Tras aquel momento, que Elena no olvida, sus encuentros con su cuñada han sido contados. Apartada de la agenda real, no coincide nunca con ella, ni siquiera cuando visita la Zarzuela para ver a su madre o para practicar equitación. Aquel fue el punto de no retorno", cuenta Tiburcio.

En la misa de Pascua del 2018, doña Sofía quiso fotografiarse con sus nietas, Letizia se opuso y estalló una pelea que marcó un antes y un después en las complicadas relaciones familiares.

2020: La ruptura entre Felipe y su padre

Para Elena que su padre, al que adora, se fuera a Abu Dabi en el 2020, perseguido por sus escándalos, fue un golpe. Sobre todo, ver que su hermano no hacía nada para evitarlo. Y, como sabe que su cuñada no se lleva bien con Juan Carlos, al que, según un veterano empresario, ha tildado de "frívolo", no puede evitar culparla también a ella de este "exilio".

A Elena le dolió ver cómo los Reyes, que mantienen una tensa relación con Juan Carlos, permitieron que éste se fuera a Abu Dabi.

En definitiva, para Letizia, el camino de la Corona, que emprendió por amor, no ha sido fácil. Ha tenido que aprender a suplir la falta de "pedigrí real" con profesionalidad y perseverancia y, pese a las dificultades, ha logrado que su idea de una monarquía del siglo XXI, que deja atrás viejas costumbres, se haya ganado el aplauso general. Aunque, para Elena, siga siendo una intrusa en la Casa Real.