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Ana Rosa Quintana, tras su feliz regreso: "Necesitaba recuperar mi vida"

A los 66 años y llena de energía, ha recuperado las riendas de su vida y ha vuelto a la rutina de su trabajo al frente de su programa

Ana Rosa Quintana

Ana Rosa Quintana estuvo 11 meses de baja.

Nereida Domínguez

Muy emocionada, sin ocultar cierto nerviosismo, pero alentada por ese gusanillo que siente por su profesión y que reconoce que no la ha abandonado, Ana Rosa Quintana volvía al trabajo tras 11 meses difíciles en los que ha luchado contra un cáncer de mama, el segundo al que, por desgracia, se ha tenido que enfrentar en su vida.

En su regreso –detalle que quizás muchos espectadores no sabían–, Ana Rosa iba vestida igual que hace 18 años, en su primer día de programa, con vaqueros y una camisa en color blanco. Porque, en cierto modo, siente que ha vuelto a empezar tras un capítulo complicado de su vida.

Verse en el plató era "un milagro"

Con su marido y sus hijos apoyándola tras las cámaras –un gesto que remarcó, pues jamás van a verla–, la reina de las mañanas de Telecinco apareció a las 8.55 horas, saludando a su audiencia, y manifestando: "Les dije que nos veríamos pronto, a mí la verdad es que se me ha hecho un poquito largo, pero ya estoy aquí, así que buenos días".

Lo primero que hacía era agradecer el apoyo que ha recibido durante su lucha. "Tengo una deuda eterna con ese inmenso cariño que me ha llegado de todos ustedes. Desde mis compañeros y personas que no conozco hasta el Papa, que me ha hecho llegar un rosario bendecido. Y, sobre todo, he sentido muchísimo amor en mi casa por parte de mi marido, mis hijos, mis amigos. Bueno, sin mis amigas todo habría sido muchísimo más duro", comentó antes de recalcar que verse en el plató era "un milagro".

Ana Rosa Quintana

Con Joaquín, que la recibió en el plató tan emocionado como ella.

"Necesitaba recuperar mi vida, la cotidianidad y mi rutina"

No quería llorar ni derrumbarse, pero finalmente lo hizo con su querido Joaquín Prat, al que le confesó que todo lo que ha vivido ha sido "impresionante y muy duro". Así mismo, la periodista compartió con su audiencia lo difícil que ha sido para ella seguir la actualidad desde el sofá y "ser testigo desde la distancia" de acontecimientos tan terribles como la guerra de Ucrania, la crisis económica, la ruptura con Argelia o la muerte de Isabel II.

Tras superar su primer madrugón de la temporada, un programa lleno de agradecimientos, reencuentros y emociones, Ana Rosa tuvo fuerzas para encontrarse con nosotros, los medios escritos y digitales, para agradecernos lo mucho que la hemos apoyado durante su tratamiento, en los meses en los que decidió vivir su enfermedad en la intimidad.

Con la satisfacción de verla estupenda física y anímicamente, pudimos hablar con ella sobre esta lucha de la que está (casi) recuperada. "He vuelto porque necesitaba recobrar mi vida y mi rutina. Y también porque es importante animar a las personas que estén pasando un cáncer o siguiendo un tratamiento a llevarlo lo mejor posible. Hay que cuidarse, no quedarse en el sofá ni preguntarse por qué a mí. Hay que confiar en la ciencia", nos dijo.

Ana Rosa Quintana emocionada

Ana Rosa, muy emocionada en su regreso a televisión.

"Me he currado mucho estar bien físicamente"

PRONTO: Estamos felices de verte de nuevo. El programa es duro y, de hecho, no estarás los viernes. ¿Cómo te has preparado para la vuelta y los madrugones?

ANA ROSA QUINTANA: Prácticamente todo el tiempo he madrugado, porque en los 17 años que tienen mis hijos nunca los había visto irse al colegio, y me he levantado todos los días para poder desayunar con ellos. He llevado una vida muy activa, he caminado muchísimo cada día (cerca de 10 kilómetros), he hecho entrenamiento, preparándome para soportar el tratamiento, que he llevado muy bien, y la intervención quirúrgica. Era importante estar fuerte. Además, mis amigas me regalaron un remo, así que me he currado mucho estar bien físicamente.

P: ¿Qué es lo que más has echado de menos estos 11 meses?

A. R. Q.: Mi libertad, que lo incluye todo: poder venir, poder ver a mis amigos, a mi gente… También ha sido una época de COVID-19 y, cuando estás con quimioterapia, radioterapia y con tratamientos, tienes las defensas bajas, así que yo no podía exponerme. Tal como me encontraba podía haber hecho una vida bastante agradable, irme al teatro, a comer con mis amigas o de fin de semana, pero me he sentido muy recluida en casa por miedo al coronavirus. Yo nunca había estado tanto tiempo sentada en un sofá, aunque he hecho ejercicio. Se me ha hecho largo. Pero he leído, he visto series y la tele. Aunque más el resto de espacios de Unicorn que 'El programa de Ana Rosa', porque me daba cosita.

Su primer cáncer fue muy diferente al segundo, más grave

P: De las vivencias malas siempre pueden sacarse cosas buenas. ¿Qué te llevas tú de positivo?

A. R. Q: Ha habido mucho de positivo, especialmente sentir tanto cariño de todos los compañeros de ésta y también de otras cadenas, como de Susanna Griso, que me ha estado escribiendo. Compañeros de todos los medios. Y de gente que no me conoce más que de la tele. Los mensajes que me han mandado, las oraciones que han hecho por mí... Me han mimado mucho, ha sido impresionante.

P: Ana Rosa, a ti, por desgracia, te ha tocado dos veces pasar un cáncer, ¿la primera experiencia te enseñó algo que te haya servido en ésta?

A. R. Q.: Es que no tuvo nada que ver, la primera fue "in situ", no me tuve que hacer tratamiento prácticamente. Me dieron alguna sesión de radioterapia, pero ni quimioterapia ni nada. Era de tipo 1 y se resolvió muy rápido. Es más, yo lo supe en agosto y en septiembre estaba trabajando, nadie se enteró y yo no quise que se supiera porque entonces vivía mi madre y no quería darle ese disgusto. Por eso lo conté cuando mi madre ya había fallecido.

P: En esta ocasión ha habido más incertidumbre y más miedos, ¿verdad?

A. R. Q.: Es que ha sido mucho más grave que el otro. Éste ha sido un cáncer para el que he necesitado 16 sesiones de quimio, 15 de radioterapia y 2 intervenciones, incluida la extirpación de parte de los ganglios linfáticos. Ha sido mucho más serio, por eso, ahora, creo que hay que tener mucho cuidado con el lenguaje, no crear falsas expectativas en los demás y saber que he terminado el tratamiento –y gracias a Dios me encuentro bien– pero yo no estaré curada hasta dentro de un tiempo. No sé si dentro de cinco años me darán el alta.

P: ¿Durante este tiempo te has desvinculado del todo o has sido un poco jefa "pelmazo" desde la distancia?

A. R. Q.: No mucho, me he contenido bastante, pero tampoco hacía falta, si es que todos lo hacían tan bien y tenían tan buenas audiencias que yo pensaba: "¿Para qué voy a volver?".

P.: ¿Vas a ser buena paciente y contenerte o vas a llevar mal tener que descansar tras hacer el programa?

A. R. Q.: Es verdad que tengo que parar un poco todo lo que hacía aparte del programa. Antes, por la tarde, hacía cosas y tenía vida social. Pero me han pedido que pare todo eso. Iremos andando.

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