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El humorista siempre sorprende con sus cambios de "look". 

El humorista siempre sorprende con sus cambios de "look".

María Alba

Edmundo Arrocet Lohse, conocido artísticamente como Bigote Arrocet, nació en Buenos Aires (Argentina) el 29 de noviembre de 1949. Fue el segundo hijo de los cuatro que tuvieron Berta Lohse Vargas-Acosta, nacida en Barcelona, y su marido, Pedro Luis Arrocet Espoz, que a los 17 años había emigrado desde el País Vasco a Argentina, donde amasó una pequeña fortuna.

"Mi padre tenía 16 hoteles y dos restaurantes. Me crié en el seno de una familia acaudalada y, hasta mi adolescencia, fui un típico hijo de papá", recuerda el cómico, que, a los 11 años, se mudó con toda la familia a Santiago de Chile.

De bebé, con su madre, Berta Lohse.

De bebé, con su madre, Berta Lohse.

La infancia de Bigote fue la de un chico inquieto que estudió siempre en internados y se ganó a pulso la fama de "enfant terrible" por su comportamiento. En una ocasión tiró a la piscina a un compañero que no sabía nadar y estuvo a punto de ahogarse, y, en otra, se presentó bebido para actuar con el coro del colegio.

También mostraba un gran descaro imitando a los curas y a los profesores de sus escuelas. Una habilidad que explotaría al cabo de los años como humorista profesional. Todo ello hizo que Edmundo lograra el lamentable récord de 19 expulsiones de otros tantos colegios en sólo tres años.

Estuvo seis meses viviendo en la calle

Por eso, su padre, desesperado, lo puso a trabajar a los 13 años, fregando suelos y limpiando baños y habitaciones en sus hoteles. La relación de Edmundo con él, que siempre fue tensa y conflictiva, empeoró tras la separación de sus padres.

Esto lo empujó a irse de casa con una mano delante y otra detrás. "Me preguntaron con quién me quería ir, si con mi padre o con mi madre. Mis hermanos eligieron, pero yo no. Porque no quería que al que no eligiera pensara que no lo quería. Así que decidí marcharme y correr en pos de la aventura", ha explicado.

Edmundo, que se dejó bigote para parecer mayor, estuvo seis meses viviendo en la calle y trabajó como acomodador, repartidor, panadero y camarero. Intentó embarcarse en un buque mercante, pero no lo consiguió y hasta pensó en hacerse misionero. En esa época, y como tenía muy pocos recursos, iba muchas veces a comer a un centro penitenciario, donde conoció a dos reclusos que hacían objetos de artesanía y se le ocurrió ofrecerse para vender sus obras. La cosa le fue bien y acabó montando un pequeño taller de artesanía en el que llegó a tener 11 trabajadores.

Pero, en 1967, el mundo del espectáculo se cruzó en su camino y debutó en una sala de Santiago de Chile cosechando un gran éxito. Al cabo de cuatro años, en 1971, le llegó el salto definitivo a la fama cuando triunfó en el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar como humorista e imitador, compartiendo escenario con los mejores artistas de su generación, como Joan Manuel Serrat o Julio Iglesias. Su carisma gustó tanto a los responsables del certamen y al público, que volvió a participar hasta en tres ocasiones, en 1971, 1974 y 1978.

Gabriela Velasco, su primera esposa

Aquel festival no sólo supuso su consolidación como humorista, sino que también fue el lugar en el que conoció a la presentadora chilena Gabriela Velasco, con la que se casó en verano de 1973, a pesar de que entonces tenía otra novia, Rocío Corral. Cinco meses después de haber pasado por el altar, nació su primera hija, Gabriela.

En 1974, la dictadura de Augusto Pinochet sumió a Chile en la incertidumbre y Edmundo decidió mudarse a España en busca de trabajo. "Los artistas teníamos poco en lo que trabajar, con los locales cerrados por toques de queda nocturnos. No se me pasó por la cabeza quedarme y me fui, primero solo, pero a los seis meses me traje a Gabriela, sus dos hijos de una relación anterior y nuestra hija", ha explicado.

A pesar de sus esfuerzos, lo que ganaba en esa época en España no le llegaba para todo: músicos, vivienda, familia, viajes de trabajo..., así que pronto empezaron las disputas con su mujer, que quería regresar a Chile. Al final, en junio de 1976, las diferencias entre la pareja culminaron con su separación y el retorno de Gabriela y sus hijos a Sudamérica, mientras él se quedaba en Madrid.

Su primera esposa, Gabriela Velasco, cuya muerte le afectó mucho.

Su primera esposa, Gabriela Velasco, cuya muerte le afectó mucho.

Once años trabajando en el "Un, dos, tres..."

Fue enorme la desolación que sintió tras la ruptura y la marcha de su esposa y los niños y, tal vez esas ausencias, le llevaron a refugiarse en una de sus pasiones: la pintura, llegando a exponer en 1978 más de cincuenta cuadros en una famosa galería de la capital.

Esos años de soledad le hicieron acordarse de Rocío Corral, su primera novia. Al principio, contactó con ella por carta, después, hablaban por teléfono y, finalmente, a principios de 1977, se produjo el esperado reencuentro en Madrid, donde Rocío, que era dentista, se instaló gracias a una beca.

Que Rocío ha sido el amor de su vida lo prueban no sólo sus más de 30 años de convivencia, sino también el hecho de que la pareja se casó hasta cuatro veces. La primera, en abril de 1977, en Gibraltar; la segunda, en México, donde Cantinflas, el ídolo de juventud de Bigote, fue su padrino; la tercera, en julio de 1980, en Chile y por la Iglesia porque era lo que querían los padres de Rocío, y la última, en abril de 1987, en Madrid, cuando hacía 10 años de su primer enlace. Por entonces ya tenían a su hijo Maximiliano, que nació en 1978, y a Estefanía, que vino al mundo en 1984.

Si 1977 fue importante en la vida sentimental de Arrocet, también lo fue en su carrera, ya que ese año debutó en "Un, dos, tres, responda otra vez", donde estuvo entre 1977 y 1988 como humorista de referencia. Más de una generación recuerda sus chistes, bromas e imitaciones, con el célebre "piticlín, piticlín", así como su divertida forma de llamar a Mayra Gómez Kemp, que fue presentadora del concurso, como Doña Mayrucha.

En la primera época del "Un, dos, tres...", Edmundo saltó a las páginas de la prensa no sólo por su profesión televisiva, sino por un escándalo amoroso. Y es que vivió un apasionado "affaire" con la hija de Kiko Ledgard, Annette. Durante muchos años se habló de que tuvieron un hijo en común, Alexis. De hecho, Edmundo lo había reconocido como tal. Sin embargo, el pasado mes de julio las pruebas de ADN confirmaron que no eran padre e hijo.

El cómico en el concurso "Un, dos, tres... " cuando lo presentaba Mayra Gómez Kemp.

El cómico en el concurso "Un, dos, tres... " cuando lo presentaba Mayra Gómez Kemp.

Apareció en tres películas de Chiquito de la Calzada

El concurso de Chicho Ibáñez Serrador hizo que a Edmundo le llegaran otras ofertas, como su fichaje para el programa musical "Aplauso", donde estuvo entre 1979 y 1981, y el concurso "La ruleta de la fortuna", de Antena 3, entre 1991 y 1992. Su éxito fue tal que, muy pronto, le salieron también propuestas para hacer cine y protagonizó con Chiquito de la Calzada tres filmes: "Aquí llega Condemor, el pecador de la pradera" (1996), "Brácula: Condemor II" (1997) y "Papá Piquillo" (1998). Los dos cómicos se hicieron muy amigos.

Junto a su gran amigo, Chiquito de la Calzada.

Junto a su gran amigo, Chiquito de la Calzada.

Profesionalmente hablando, Bigote llegó a la década de los 90 en un momento muy dulce. Además, su vida en España se había consolidado a nivel personal al lado de su segunda esposa, Rocío Corral, y sus dos hijos, Maximiliano y Estefanía.

Pero en 1992 iba a protagonizar un culebrón inesperado a causa de la demanda "por bigamia y difamación" que presentó en Santiago de Chile su exmujer, Gabriela, quien, durante el juicio por la manutención de su hija en común, descubrió que Edmundo había falseado documentos diciendo que era soltero para poder casarse con Rocío. El protagonista de este lío se defendió argumentando que contrajo matrimonio con Gabriela para que su hija fuera legal y aseguró que había pactado con su mujer que el mismo día de la boda redactarían un documento para pedir la nulidad. Según el abogado del artista, "la señora Velasco se negó a firmarlo ante el juez, pero el señor Arrocet siempre creyó que ella lo había ratificado y que, por tanto, el matrimonio había sido declarado nulo".

También en los 90, Edmundo siguió cultivando su faceta empresarial, creando negocios de compraventa de derechos audiovisuales y de servicios relacionados con la producción de películas de cine. En la actualidad, viaja varias veces al año a Argentina y Chile, donde tiene intereses agrícolas y donde, en el 2000, fundó otra compañía, dedicada a la ingeniería industrial, servicios digitales y comercio electrónico.

Edmundo haciéndose una selfi con los dos hijos que tuvo con Rocío Corral, Maximiliano y Estefanía.

Edmundo haciéndose una selfi con los dos hijos que tuvo con Rocío Corral, Maximiliano y Estefanía.

Devastado por la muerte de su esposa

La llegada del nuevo siglo supuso nuevos retos para Arrocet. Su faceta televisiva se relanzó con fuerza gracias a su participación en "La selva de los famosos" (Antena 3) en el 2004, al lado de celebridades como el torero José Antonio Canales, Blanca Fernández Ochoa, Silvia Tortosa y Leticia Sabater, entre otros.

Y mientras su vida profesional le sonreía, en lo personal, el destino le tenía reservado un golpe muy duro: en el 2012, murió su esposa, amiga y confidente, Rocío, a causa de un cáncer. "Estoy muy jodido, vivo el día a día como puedo, pero la pena es grande. Estoy en casa y cada rincón me recuerda a Rocío. No hay día que no piense que preferiría haber sido yo quien se fuera", decía entonces. Por eso tomó la decisión de dejar la capital, donde todo le recordaba a su esposa, e irse a vivir a Las Palmas de Gran Canaria.

Poco a poco, fue saliendo de la depresión y empezó a dejarse ver de nuevo en algunos programas, como "¡Qué tiempo tan feliz!", que presentaba María Teresa Campos. Por el plató del programa de Telecinco pasó en el 2012 y repitió en febrero del 2014. En esta última ocasión, algo especial ocurrió entre él y María Teresa, que, en verano, fueron pillados cenando juntos en un restaurante a las afueras de Madrid. Desde entonces, formaron una de las parejas más famosas del panorama nacional.

Estando con la Campos, Telecinco no tardó en ficharle a él también para que participara en "Supervivientes", en su edición del 2017, un concurso que, como había ocurrido con "La isla de los famosos", lo puso de nuevo en el candelero. Especialmente cuando, mientras estaba en Honduras, María Teresa sufrió un ictus y no quiso que se lo dijeran.

"Ella me quiere mucho y yo también a ella y sabía que el programa era algo que me gustaba pero que, si me lo decían, estaría de vuelta inmediatamente. Cuando alguien quiere a alguien, prima que sea feliz y es lo que hizo conmigo. Lo que admiro de ella es esa fortaleza bonita y ese gran cariño que es impagable", dijo tras ser expulsado y enterarse, a su vuelta a Madrid, de los problemas de salud de su pareja.

Al llegar a los 70 años, una edad en la que resulta inevitable mirar hacia atrás y hacer balance, Edmundo decidió estrenar la década con melena canosa y haciéndose unos retoques estéticos. El humorista los justificó por su papel en una película, donde daba vida a un marajá de la India.

Edmundo cantando con María Teresa Campos en el programa "¡Qué tiempo tan feliz!".

Edmundo cantando con María Teresa Campos en el programa "¡Qué tiempo tan feliz!".

Mediática ruptura con María Teresa Campos

Tras seis años de relación y constantes rumores de infidelidades, María Teresa Campos confimó en diciembre de 2019, a través de su hija, Terelu, la ruptura con Edmundo. La veterana periodista escribió un sincero comunicado en el que afirmaba que "nuestra relación se ha roto recientemente" y pedía a "los compañeros y personas que me quieren que me dejen vivir estos momentos tan difíciles para mí".

Las cámaras de televisión fueron testigos de cómo Edmundo recogía sus pertenncias de casa de su expareja, y la propia María Teresa no tuvo reparos en admitir que la ruptura le había afectado mucho. Por su parte, Edmundo pasó la pandemia al otro lado del charco y se mantiene, desde entonces, bastante alejado de la vida pública.

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