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Joaquín Prat: popular presentador de televisión y radio

Se han cumplido ya 27 años de la muerte de este valenciano simpático y elegante que fue un gran comunicador de la radio y la televisión en tiempos del franquismo y primeras décadas de la democracia

Joaquín Prat.

Joaquín Prat.

Anna Lasheras

Joaquín Prat Carreras nació el 27 de abril de 1927 en Xàtiva (Valencia). Sus padres tenían una cristalería que le permitió vivir una infancia desahogada y estudiar en el selecto colegio de San José, de los jesuitas de Valencia, donde todos le llamaban Ximo, diminutivo valenciano para Joaquín.

Aficionado al fútbol, siempre fue forofo del Valencia C.F., y él mismo jugó en el equipo oficial de su colegio. Su intención era hacerse abogado y se matriculó en la facultad de Derecho de la Universidad de Valencia, pero, cuando estaba en el tercer curso, la empresa familiar quebró por los duros años de la posguerra y tuvo que abandonar los estudios.

Las pasó canutas como emigrante en Suiza

Ante la delicada situación familiar, Joaquín Prat tuvo que buscarse la vida. Se trasladó a Madrid donde vivió en una pensión mientras trabajaba como oficinista en la fábrica Standard Eléctrica. El sueldo apenas le llegaba y, como tantos otros españoles en aquella época, decidió emigrar al extranjero. Llegó a Suiza pero, al no tener contrato de trabajo, lo expulsaron.

Lo intentó por otros países europeos durante un año y medio. "Las pasé canutas. Tuve que fregar platos, vender helados, ejercer de recepcionista de un hotel y hasta extraer nabos en el campo para poder ganarme la vida", le explicó en una ocasión a su amigo, el escritor y periodista Manuel Roldán. El único aspecto positivo fue que le permitió aprender varios idiomas, desde el francés al italiano y, especialmente, el inglés, algo que luego le iría muy bien en la España de los años del desarrollismo franquista.

En 1953, cuando tenía 26 años, volvió a Valencia y allí encontró su primer trabajo en los medios de comunicación como locutor en la delegación valenciana de Radio Nacional de España. Luego, pasó a la cadena SER (primero en Radio Valencia) para incorporarse más tarde, en 1962, al equipo de Radio Madrid. Pero su triunfo en los medios de comunicación no fue inmediato. Al principio, lo tuvieron de chico para todo, iba de un programa a otro o ponía voz a los anuncios comerciales, hasta que llegó el programa que le haría conocido: "Las mañanas", de Radio Madrid.

Entregándole el premio de “Un millón para el mejor” a la concursante Rosa Zumárraga 

Entregándole el premio de “Un millón para el mejor” a la concursante Rosa Zumárraga

El salto a la pequeña pantalla le llegó entrado en los 40 años, en 1968, cuando se puso al frente de "Un millón para el mejor", concurso que ha dejado recuerdos imborrables en nuestra memoria y concursantes tan conocidos como Rafael Canalejo, el entonces alcalde de Belmez (Córdoba); Mercedes Carbó, conocida como "la mamá del millón"; Rosa Zumárraga o Paco Ruiz, el "yeyé del millón". Los dos años siguientes presentó "Galas del sábado", programa en el que formó pareja con Laura Valenzuela. La química entre ambos era tan fuerte y fluida, que muchos de los telespectadores estaban convencidos de que eran pareja.

Con Laura Valenzuela cuando presentaban juntos “Galas del sábado”

Con Laura Valenzuela cuando presentaban juntos “Galas del sábado”

Dos matrimonios y seis hijos

Joaquín se había casado a finales de los años 60 con Anne McKiernan, una irlandesa con quien tuvo dos hijas, Anabel y Susana. Aquel matrimonio fue un fiasco. Muy celoso de su vida privada, y más en lo referente a su primera esposa, sus únicas declaraciones al respecto fueron tan escuetas como tajantes. "Lo pasé muy mal, fue un infierno", aseguró. Al parecer, la mujer tenía costumbres muy rígidas y le hacía la vida imposible.

Por eso, Prat decidió romper con ella cuando encontró a la que sería el amor de su vida: Marianne Sandberg. La conoció en 1970, cuando volaba a Bilbao. Danesa de nacimiento y residente en Mallorca, era una de las azafatas del avión y, casualidades de la vida, volvió a verla en el vuelo de regreso a Madrid. "Fue muy simpática conmigo y quedamos para salir", explicó sobre aquel primer encuentro.

Joaquín Prat y Marianne Sandberg el día de su boda.

Joaquín Prat y Marianne Sandberg el día de su boda.

No tardaron en vivir juntos, a pesar de la oposición de los padres de la chica por la diferencia de edad (se llevaban 23 años) y que él estuviera casado. Su esposa, por otra parte, se opuso a la separación, que fue a la brava porque en aquellos años no existía el divorcio en España.

Joaquín logró divorciarse en Santo Domingo y, posteriormente, viajó con Marianne a su país, Dinamarca, donde se celebró la ceremonia nupcial, que ratificaron el 25 de junio de 1984 con otra boda civil en Madrid. Para entonces, ya habían nacido dos de sus cuatro hijos: Joaquín y Alejandra, a los que seguirían Federico y Andrea.

familia prat quien es quien

Marianne Sandberg, la que fuera mujer de Joaquín Prat, con sus cuatro hijos.

Tres han seguido los pasos de su padre: Joaquín Prat, nacido en 1975, es ahora un popular presentador; Alejandra Prat, nacida en 1977, es modelo y presentadora de televisión y Andrea, la menor, nacida en 1987, es periodista.

"A jugaaaarrrr!", la frase que popularizó

Como periodista de la cadena SER, entrevistando al entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez

Como periodista de la cadena SER, entrevistando al entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez

A la vez que su vida personal se encauzaba positivamente, la carrera profesional avanzaba imparable con diferentes programas, entre los que destacaron "Cambie su suerte" (1974) con José Luis Pécker, otro de los grandes comunicadores de la época, o el magacín "Cosas" (1980) que copresentó con Marisa Abad y donde destacó el padre Vicente Mundina, "el cura de las plantas".

Cuando parecía que su carisma ante las cámaras iba decayendo, apareció, en febrero de 1988, el programa que más famoso le haría: "El precio justo". No era fácil que aquel concurso triunfara. Lo tenía difícil porque sucedía al popularísimo "Un, dos, tres...", pero, poco a poco, fue ganando adeptos hasta llegar a emisiones en las que congregó a 20 millones de espectadores ante la pequeña pantalla.

Con las azafatas de su programa más emblemático, “El precio justo”

Con las azafatas de su programa más emblemático, “El precio justo”

Los concursantes tenían que adivinar el precio aproximado de unos escaparates con objetos tan dispares como una maleta, un bonsái, una bata de raso o un apartamento en Benidorm. Gran parte del éxito se debió a la simpatía y el buen humor de Joaquín Prat, que se desenvolvía ante las cámaras como pez en el agua al grito de "¡A jugaaaarrrr!" junto al característico movimiento ondulante de su mano izquierda, la que le quedaba libre, que él inventó y que se convirtió en rasgo de identidad del programa.

Muchas de las azafatas que debutaron allí, mostrando los premios, siguieron haciendo carrera en televisión. Fue el caso de Ivonne Reyes, Arancha del Sol, Eva Pedraza y Verónica Mengod, entre otras. Él las llamaba "sus niñas" y, como explicó su hijo Joaquín Prat Sandberg, "venían a casa a comer paellas o a la piscina, y disfrutaban de lo que era estar con mi padre. Era un tipo muy divertido, muy vividor y muy cachondo, al que le encantada estar rodeado de gente. Pero también era un tipo muy responsable con su trabajo, tremendamente profesional". El programa se mantuvo en antena cinco años, hasta 1993.

Un infarto de miocardio en plena grabación

Ejemplo de gran comunicador por su elegancia y porte de galán de cine, Joaquín Prat ganó dos Premios Ondas y tres TPs de Oro y llegó a ser tan popular que intervino en varias películas, interpretándose a sí mismo, y grabó discos de canciones románticas.

Con la presentadora Julia Otero en 1988, año en que ambos recibieron sendos premios TP de Oro

Con la presentadora Julia Otero en 1988, año en que ambos recibieron sendos premios TP de Oro

"¿Cómo lo veis?", en las tardes de TVE, donde los participantes debían adivinar el porcentaje de personas que habían respondido a la misma pregunta, iba a ser su último programa, pero su corazón no soportó el frenético ritmo de trabajo que llevaba y, a los 68 años, sufrió un infarto de miocardio en plena grabación, que le dejó dos meses en coma. No se recuperó y falleció en Madrid el 3 de junio de 1995. Días después, incineraron sus restos mortales en el cementerio de la Almudena y sus cenizas, según su deseo, se arrojaron en aguas de Mallorca, donde solía pasar las vacaciones de verano con su familia.

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