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Julián Contreras Ordóñez triunfa como escritor erótico: "Me alejé de la tele porque no me llenaba"

Tras dejar su trabajo en el bingo, el hijo menor de Carmina Ordóñez está saboreando el éxito como escritor erótico y ya prepara la segunda parte de la trilogía

El hijo de Carmina Ordóñez estuvo atento y encantador en la entrevista con Pronto.es

El hijo de Carmina Ordóñez estuvo atento y encantador en la entrevista con Pronto.es

A.M

Debutó en el mundo editorial hace quince años con “Querida mamá”, y tras ese libro llegaron otros tres: “La pluma de la verdad”, “Cuando el fracaso es un éxito: cómo me reconstruí tras arruinarme y pensar en el suicidio” y “De Rivera a Ordóñez”, escrita junto a su hermano mayor. Sin embargo, rompiendo todas expectativas, sorprendiendo y hasta causando cierta polémica, Julián Contreras Ordóñez ha regresado al panorama literario con una novela erótica titulada “Artesanales”, un libro que él mismo ha autopublicado y que lanzó en Amazon a principios del pasado diciembre con éxito, situándose entre los diez más vendidos durante varios días.

Por si hay dudas, él lo deja claro: ni lo que los lectores encuentran en el libro son sus vivenciasm ni él es el protagonista de esta historia en la que, a lo largo de más de doscientas páginas, el personaje ideado por Julián vive una semana de lo más tórrida llena de encuentros sexuales con distintas mujeres.

Portada del libro erótico de Julián Contrera.

Portada del libro erótico de Julián Contrera.

“Las editoriales no me querían publicar mi libro erótico por no ser mujer”

PRONTO: Éste es tu quinto libro. ¿Por qué este cambio de género, esta introducción a la novela erótica?

JULIÁN CONTRERAS ORDÓÑEZ: Tu pregunta fue mi reflexión, ¿por qué no? Yo buscaba algo inesperado, y siempre hay algo en el sexo que genera una sensación, una reacción, pero no deja indiferente. Y pensé: “¿Seré capaz de hacer algo de esta temática que llame la atención y que tenga un resultado positivo si consigo adornarlo y encajarlo en una buena historia?”, y empecé. Y el libro ha tenido mucha transformación desde su inicio hasta el final. Es como un cuadro: vas añadiendo color, profundidad, cambiando la dimensión, y al final uno siempre le ve algo de imperfección, pero he quedado muy sorprendido con mi “cuadro”, la verdad. Ha quedado un pequeño universo con mucha identidad, con mucha personalidad. Hay frenesí, pero a la vez es muy sentido, muy unido a las personas, no es una cosa fría, mecánica, desordenada ni obsesiva, para nada. Es una forma de entender la vida y las relaciones, el amor, la unión de las personas.

Hoy en día se habla mucho del amor de usar y tirar, de las aplicaciones, y todo eso ha tenido un resultado en nosotros, hoy en día hay ya una generación que antes de darse su primer beso ya han visto porno en su móvil, y obviamente eso tiene un efecto en las personas. Hoy en día no es como hace treinta años, estamos ante una sociedad distinta que entiende de otra forma el amor. Y eso es lo que yo quería dibujar.

P.: Este libro te lo has tenido que auto publicar. ¿Las editoriales te han cerrado la puerta por la temática?

J.C.O.: No, la primera puerta me la han cerrado porque yo no era una autora.

P.: ¿Porque no eras mujer? ¿En serio?

J.C.O.: Totalmente en serio. Una lectora me dijo que nunca había leído una novela erótica de un autor, sólo lo había hecho de mujeres, y me dijo que tenía prejuicios ante mi libro. Pero le había gustado. Es cierto que es un género que en su mayoría tiene autoras. Creo que la mujer tiene cierto recelo inicial por si lo que se encuentran escrito es brusco, por si no las sé entender, por si no se sienten identificadas. Y mi primer revés fue por eso, porque decían que faltaba ese punto de vista femenino de una autora, ¡no sé qué tiene que ver! Me sorprendió muchísimo. Y luego me dijeron que me enfocarse más a la novela romántica. Pero yo no quiero hacer eso con algo mío. No se puede transformar a las personas y tampoco sus obras a gusto de nadie. Esto tiene su identidad y tengo que defenderla.

¡Y lo ha hecho con este contundente mensaje!

P.: ¿Qué ha supuesto para ti asumir ese riesgo de publicar?

J.C.O.: Un vértigo y una confusión. Me tengo que batir yo el cobre con todo. Yo busqué hasta la ilustradora para la portada, hubo que hacerlo todo desde cero. Cuando ya estaba listo, tuve un poco de pudor, dije: “¿Estoy preparado realmente para publicar esto?”, pero luego recuerdas las horas invertidas y los quebraderos de cabeza y dices: “Sí”. He querido sacarlo sí o sí.

P.: Y habrá más.

J.C.O.: Es una trilogía, sí. El segundo sale a la luz clarísimamente. Ya estoy en ello.

Confiesa que lo leen “a escondidas” y “con prejuicios”

P.: El protagonista de tu libro vive una semana muy intensa a nivel sexual con diferentes mujeres. ¿Ha salido totalmente de tu imaginación o has puesto pinceladas personales tuyas? Porque él es muy maniático y huye de relaciones, eso parece que tiene mucho que ver contigo.

J.C.O.: Una cosa es que yo sea el protagonista y otra que yo acepte y entienda cosas del protagonista, que es distinto. No está basado en mí, pero cuando escribes un personaje bueno, intentas dotarle de lo que tú consideras bueno, y al malo le das las cosas que a ti no te gustan de las personas. En este caso, sí es cierto que yo lo he usado de manera vehicular para transmitir lo que yo entiendo que deberían ser las relaciones.

Julián, en un momento de la entrevista con nuestra redactora.

Julián, en un momento de la entrevista con nuestra redactora.

P.: Sin compromiso.

J.C.O.: Es que en general yo creo que entre dos personas siempre falta la comunicación. En una relación lo habitual es que salga mal porque juntas a dos personas con procedencias e inquietudes distintas, y si de pronto el techo es el mismo, los problemas son los mismos y la bombona de butano es la misma para los dos, eso genera muchas situaciones complicadas y lo normal es que salga mal. Falta mucha comunicación en las parejas, hay demasiados secretos, demasiadas frustraciones. Muchas parejas se ven dos horas al día, y lo que hacen es compartir piso, no una relación. Por eso, más allá de la parte erótica, quería que la novela tuviera ese gatillo de reflexión sobre las relaciones, que los lectores pensasen si tienen la relación que quieren.

P.: El libro arrancó muy bien en ventas. ¿Cómo ha sido la reacción de los lectores?

J.C.O.: Hay de todo, hay mucha sorpresa -que es lo que yo también quería— y luego hay una parte incómoda por parte del lector, que me escribe diciendo que no sabía que yo escribía así. El lector tiene un dilema conmigo, porque estamos programados para ver la tele pero para que la gente de la tele no nos guste. Uno está programado para ver Telecinco pero para negar que nos gusta Telecinco, porque socialmente no gusta. Por eso todo el mundo “ve” los documentales. Es el “yo te consumo, pero te niego”. Eso genera luego una situación muy incómoda porque me dicen que me leen a escondidas. Pero luego si el libro va gustando y lo recomiendan, no hay problema. Ya esto ha traspasado la membrana social de lo bien visto y te rescatan. Yo soy un escritor al cual hay que llegar con muy pocos prejuicios, y eso es muy difícil. La gente ve que soy un autor que televisivamente conocido, y todos los que salen en la tele somos gilipollas, unos vividores, somos gente completamente frívola que no entendemos de la vida ni de los problemas de los demás, vamos de fiesta en fiesta, estamos rodeados de privilegios y de lujos. Somos marcianos que no interesamos más que para reírse de nosotros, de nuestras peleas y nuestras historias. Pero gracias a la temática, gracias al cambio y al giro, la gente se aproxima a ver qué he escrito. Y hay una sorpresa, y en muchos casos está habiendo una reconciliación. Y esto no lo digo desde la rabia o el rencor.

P.: ¿Tu padre lo ha leído? Lo nombras en los agradecimientos.

J.C.O.: Lo nombro en venganza porque no lo ha leído.

Julián Contreras con su padre, en una foto de hace años.

Julián Contreras con su padre, en una foto de hace años.

P.: ¿Le da pudor?

J.C.O.: Es que hay un cambio generacional que es muy importante, hay que entenderlo. Pero está muy sorprendido porque le enseño las cosas que me escribe la gente.

“No le he mandado el libro a mis hermanos”

P.: ¿A tus hermanos les has mandado el libro?

J.C.O.: ¡Se lo tendría que mandar a mis cuñadas más que a mis hermanos! No, no se lo he mandado, pero quien quiera un libro mío dedicado, lo va a tener. Y con todo el cariño.

Julián, con su padres y sus hermanos, Fran y Cayetano Rivera.

Julián, con su padres y sus hermanos, Fran y Cayetano Rivera.

P.: Pero tu libro no es sólo para chicas, igual a ellos les gusta.

J.C.O.: Ya, pero no los veo yo a ellos leyendo este libro. No. A ellas quizás sí. Que se lo lean ellas y se lo cuenten a ellos, y ganan todos, ja, ja.

P.: ¿Profesionalmente estás metido en algo más?

J.C.O.: No. Esto que nos ha ocurrido mundialmente me lo estoy tomando como un punto y a parte. Ha llegado algo que ha sacudido el planeta en su totalidad, a la gente le ha cambiado la vida en todos los sentidos, ha habido desde familias que han padecido auténticas tragedias, hasta otras personas a las que despidieron el primer día de la pandemia y se pusieron a hacer vídeos en YouTube y ahora son sensaciones sociales. Ha ocurrido de todo. Yo he escrito un libro que está generando unas reacciones que yo no había experimentado previamente y mañana veremos. Yo soy muy cortoplacista en mi vida en general, pero si algo me ha enseñado esto es que todo es muy inmediato y no lo controlamos nada, por lo tanto yo te puedo contar lo que voy a hacer en dos, tres horas. La noche de hoy ya es un misterio.

P.: ¿Dejaste tu trabajo en el bingo para escribir?

J.C.O.: No, lo dejé porque a mí no me gusta la monotonía, yo soy inquieto y al final me acabo complicando porque en el mismo sitio me pongo a hacer más cosas. Y el trato de cara al público para mí ha sido muy difícil. No todo el mundo es amable y educado.

P.: ¿Se te juzga mucho?

J.C.O.: He escuchado de todo. Ha habido desde gente amorosa hasta personas que lo primero que han dicho al verme ha sido: “¡Para lo que has quedado!”. Tú estás trabajando y es incómodo e innecesario.

P.: Pero tú siempre has mostrado ser un chaval educado y culto. No eres una persona polémica.

J.C.O.: A ver, esa persona podía tener esa opinión de mí, y peor, no pasa nada, el problema viene al manifestarlo. No tiene derecho a molestarme e increparme. Así que yo lo he entendido que esto es como las tiritas, hay que quitárselas de golpe. Y estoy lanzado en esto de escribir con muchas ganas. Pero a mí no me han echado de ahí ni de la tele. Tengo un perfil distinto y tampoco hay muchos programas en los que yo encajaría. Me he alejado de la tele porque no era lo que me llenaba. Económicamente sí, pero vitalmente, no.

No concibe una relación estable ni un amor para toda la vida

P.: Julián, si te pregunto sobre el amor, ¿me vas a decir que sigues siendo como el protagonista de tu libro, una persona que no quiere compromiso?

J.C.O.: Por supuesto.

P.: ¿Vas a ser un eterno soltero?

J.C.O.: ¡Ojalá! Ojalá, hasta que quiera dejar de serlo. Yo nunca he entendido para mí un amor para toda mi vida. No lo veo. Me parece fantástico que los demás sí lo entiendan y lo quieran, pero yo no. A mí me gusta relacionarme con mujeres y lo hago siempre desde el respeto máximo y el amor, pero yo necesito mi individualidad.

A Julián se le relacionó con la modelo Amaia Izar, pero ella confesó que sólo eran amigos.

A Julián se le relacionó con la modelo Amaia Izar, pero ella confesó que sólo eran amigos.

P.: Pero, cuando te enamoras, ¿renuncias a esa mujer por tu individualidad?

J.C.O.: Sí, exacto. Porque para mí racionalmente creo que es bueno tener tu vida, su vida y vuestra vida. Yo me conozco muy bien y sé que me acabo ahogando. La pareja conlleva sacrificios, y yo lo último que quiero de una persona a la que amo son sacrificios. Eso no lo entiendo.

P.: ¿Cuándo saldrá el siguiente libro?

J.C.O.: Para mayo o principios de verano. Ya estoy escribiéndolo, porque al terminar el primero tuve claro lo que quería hacer con el segundo. El difícil va a ser el tercero. En el segundo yo quería hacer lo mismo que he hecho con éste pero con una protagonista femenina.

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