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Rocío y David Flores, los verdaderos afectados por las palabras de su madre

Rocío y David Flores, los hijos de Rocío Carrasco y Antonio David, han sido los peor parados tras las luchas judiciales de sus padres. Os contamos la historia de estos dos hermanos

Rocío y David Flores, dos hermanos que a día de hoy no tienen relación con su madre.

Rocío y David Flores, dos hermanos que a día de hoy no tienen relación con su madre.

M.A.

Pese a que Rocío y David Flores son muy diferentes, la realidad es que son dos hermanos que se adoran. Ella quiso dar su salto a la tele en 'Supervivientes' y, desde entonces, sus apariciones son constantes, mientras que su hermano es un chico tímido que se mantiene fuera del ruedo mediático. Pese a su juventud (tienen 24 y 22 años respectivamente), los hijos del exmatrimonio formado por Rocío Carrasco y Antonio David Flores se han visto obligados a madurar y a tomar sus propias decisiones muy rápido, debido a los continuos problemas entre sus padres. 

Bien es cierto que los hermanos, desde que tuvieron edad para elegir con quién vivir, se mudaron a Málaga con su padre y Olga Moreno, pero ahora, al conocer de primera mano la otra parte de la historia, nos surgen muchas dudas sobre cómo y por qué tomaron esta decisión. 

Rocío y David Flores, de pequeños, con su padre.

Rocío y David Flores, de pequeños, con su padre.

Las declaraciones de Rocío Carrasco sobre sus hijos en 'Rocío: contar la verdad para seguir viva'

Como no podía ser de otra manera, una de las primeras preguntas del capítulo 0 del documental, atañaba directamente a la relación con sus hijos. Rocío Carrasco puso sobre la mesa que durante todos estos años, la opinión pública la ha tachado de mala madre, e incluso la han insultado por la calle. "'Mala madre' era lo que se les quedaba a mis hijos en la cabeza, es con lo que han crecido", decía entre sollozos.

Rocío Carrasco hablando de sus hijos.

Rocío Carrasco hablando de sus hijos.

Pero las acusaciones sobre su nula relación con sus dos hijos fueron dirigidas directamente hacia su ex, como si de un dardo se tratase: "Antonio David me decía 'te los voy a quitar, te van a odiar' (...) Me quitó el vínculo materno. Ha hecho que me odien", decía sin tapujos Rocío Carrasco. "Yo soy víctima, pero ellos también son víctimas de una mente diabólica", añadía. 

Sin duda, una de las declaraciones más impactantes de la noche iba sobre la manera de Carrasco de proteger a sus hijos: "Prefiero que sigan creyendo la versión que tienen, porque el día que mi hija se dé cuenta de todo lo que ha pasado, de lo que ella ha formado parte y de quién es su padre, va a ser el peor día de su vida. No me gustaría que sufriera", explicó Rocío en su documental. 

Julio de 2012, cuando todo saltó por los aires

El 27 de julio de 2012 se produjo el ya famoso encontronazo entre Rocío Carrasco y su hija: la sentencia que condena a Rocío Flores por agresión a su madre y la renuncia de esta a la custodia de su hija precipitan la salida de la joven, de entonces 15 años. Rocío se muda con su padre y, desde entonces, se corta la relación con su madre. 

Cuatro años después hace lo propio David. Era verano de 2016 cuando, debido al régimen de visitas, el benjamín de la casa viaja a Málaga para estar con su padre durante la época estival. En septiembre de ese año estaba previsto que acudiese a la boda de su madre, pero eso nunca llegaría: David se quedó con Antonio David de forma definitiva

Rocío y David Flores junto a su hermana pequeña, Lola, fruto del matrimonio de Antonio David con Olga Moreno.

Rocío y David Flores junto a su hermana pequeña, Lola, fruto del matrimonio de Antonio David con Olga Moreno.

El juicio que tuvo como protagonista a David Flores

Al saber que su hijo David no acudiría a su boda, Rocío Carrasco interpuso una demanda a su ex por quebrantamiento de los derechos de custodia de un menor, ya que David no alcanzaría la mayoría de edad hasta diciembre de ese año. Carrasco mantuvo entonces que Antonio David retuvo a su hijo y le impidió asistir a la boda de su madre, pero el juez acabó por archivar la causa. "Pese a haber visto indicios al principio, luego no encontró acreditada la existencia del delito", informó entonces el diario Libertad Digital. 

La relación de los hijos de Rocío Carrasco con el resto de su familia materna

Rocío y David Flores siempre han tenido un vínculo muy cercano con sus parientes por parte de madre. Pese a que Carrasco no tiene tampoco relación con nadie de su familia carnal, sus hijos sí que se llevan estupendamente con Amador Mohedano, Rosa Benito, José Ortega Cano y, sobre todo, con Gloria Camila y José Fernando, los más próximos a su edad.

José Ortega Cano y Rocío Jurado con David Flores, José Fernando, Rocío Flores y Gloria Camila.

José Ortega Cano y Rocío Jurado con David Flores, José Fernando, Rocío Flores y Gloria Camila.

Esa cercanía familiar han sabido mantenerla intacta hasta hoy. En la actualidad, Rocio y Gloria Camila son, además de tía y sobrina, grandes amigas que no dudan en demostrar en público lo bien que se llevan. Y es que, aunque los hijos de Rocío Carrasco cortasen la relación con su madre, siempre han estado muy arropados por la familia de Rocío Jurado, y han asistido con ellos a un buen número de homenajes tras el fallecimiento de esta, en 2006.

Gloria Camila, Rocío Flores y David en un acto homenaje a Rocío Jurado en Chipiona.

Gloria Camila, Rocío Flores y David en un acto homenaje a Rocío Jurado en Chipiona.

Impedimentos para dar su versión

En plena emisión de 'Rocío: contar la verdad para seguir viva', Rocío Flores intentó entrar en directo para, según dijo, "tender de nuevo un puente". Pero, como ella misma contó en sus redes sociales, la cadena se lo impidió

Seguramente, si Rocío hubiese intervenido en directo en ese debate, esa noche hubiera tenido unos titulares muy distintos. Quién sabe si madre e hija hubiesen acercado posiciones... lo único cierto es que los hijos de Rocío Carrasco, como los hijos de cualquier familia que se rompe tras un divorcio así de duro, han tenido que vivir situaciones muy complicadas. Una serie de acontecimientos que, seguramente, habrán formado su personalidad hasta definirles tal y como son hoy.

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